martes, 17 de marzo de 2009

Los secretos del maestro Kawabe

Era la primera vez que veía a Takeo Kawabe en directo. Lógicamente tenía referencias de este gran maestro por la literatura especializada, pero nunca había asistido a una demostración suya en directo.


Lo primero que te sorprende cuando te hablan o lees sobre él es que tuviese la decisión, y la llevase a término, de abandonar una exitosa carrera de ingeniero y se dedicase al cultivo del bonsái en cuerpo y alma. Alumno de Kimura, hoy en día los grandes maestros van a su jardín y reservan árboles que se llevan tras 10 años de trabajo. Tiene lista de espera y verlo trabajar a largo plazo es lo que realmente nos da la pauta a seguir en nuestro trabajo diario.

Me han comentado también que en alguna demostración que ha dado en España, los organizadores se han enfadado muchísimo con él al negarse a realizar la típica demostración, ha llegado a trabajar una sola rama de un árbol y a dejar que el árbol se recupere hasta el próximo año. Me imagino la cara de más de uno al ver como este maestro daba por finalizada su
demostración, pero es que él no cambia sus pautas de trabajo ni pagándole. Para mí que su pensamiento es que el que quiera ver como trabaja que lo llame, pero sin llevarse a engaños, no forzando nunca los árboles si no están preparados, y no realizando trabajos a árboles débiles.

Pude ver como realizó un taller de iniciación con unos cuantos aficionados la mañana del domingo. Había unos cuantos juníperos que modelar y el fué aconsejado que ramas podar y cuales eran los primeros trabajos a realizar.

Cuando ví los trabajos que se habían realizado me llamó la atención que tan solo se habían alambrado los comienzos de las ramas principales y que se habían dejado las puntas de las ramas sin podar. Posteriormente, en la demostración, nos comentó que él nunca poda y deja crecer las ramas para que el árbol se fortalezca tras estos primeros trabajos, más adelante, al fortalecerse la planta, llegaría el momento de ir sustituyendo el ápice y continuar con otros trabajos de densificación de ramas. ¡Qué diferencia con las demostraciones en las que vemos realizar hasta 5 trabajos distintos a la vez a una planta, que raramente sobrevive a esta paliza!, aunque claro, queda espectacular para una demostración.

Esta es la sabina que le habían traído a Kawabe para trabajarla, se le veía un color algo amarillento y aunque tenía muchas hojas, estaba en plena floración y no en demasiado buen estado para los trabajos de injerto de sustitución que quería realizarle el propietario, cambiándoles las ramas por las de un juníperus sargentii var. itoigawa, de ramificación más compacta y delicada.

El maestro sin embargo se prestó a analizar la sabina y a indicar como realizar los trabajos requeridos cuando el ejemplar estuviese en plenitud de facultades. Lo primero que hizo fué localizar las venas vivas y pintarlas para indicar por donde realizar la limpieza de sharis que aumentasen los puntos de interés del ejemplar. Igualmente indicó que injertando tres brotes (álgo más desarrollados que los que les habían facilitado, por la técnica de injerto de aproximación de esquejes enraizados) tendría suficiente para formar las masas de verde.

Un pequeño diseño para marcar el movimiento del árbol:
Estuvo limpiando un poco algunas venas y después pasó a retocar algunos jines:
Indicó que como no iba a realizar los injertos en la sabina, los haría en un pino, y estuvo explicando algunas cuestiones previas a la realización de esta técnica.Jorge Campos, junto al feliz propietario del árbol, escuchan atentamente los consejos de Kawabe.
Unas cuantas fotografías del trabajo en la madera que se realizó durante la demo:





La delimitación de las zonas muertas y vivas en el tronco de la sabina:



Llegados a este punto, el maestro respondió a unas cuantas preguntas relativas a la recuperación de los enebros y a como valorar la salud de un junípero. El maestro sonrió y nos desveló algunos de sus secretos.


La segunda pregunta, la de la valoración de la salud de un junípero la respondió indicando que el mordisquea las ramas del árbol, si sabe a resina y está tierno, el árbol está sano, si están secas y no tienen ese sabor a resina, hay que descartar cualquier trabajo y esperar a su recuperación.


La primera pregunta, o más bien su respuesta, nos sorprendió a mas de uno. Yo por lo menos desconocía esta técnica, y según el maestro, era su secreto. Y la respuesta es muy sencilla, pulverizar con glucosa diluida en agua los árboles recién recuperados y regar con una dilución menor los árboles debilitados.

Su receta es simple, 500 gramos de glucosa en 4 litros de agua, para la pulverización foliar se diluye una parte de este concentrado en 50 o 60 partes de agua, mientras que para la irrigación, diluye una parte de este concentrado en 30 partes de agua. También nos indicó que esto es un imán para las hormigas, y que si acuden muchas habría que bajar la dilución. No recuerdo la dosificación, pero ¿podría ser una vez a la semana?, si alguno lo recordáis indicármelo, please.

Analizando un poco este remedio, se entiende su simplicidad. Durante la fotosíntesis se genera glusosa, que diluida en agua constituye la savia elaborada que conducen los vasos cribosos desde las hojas al resto de la planta. Si una planta está débil y facilitamos glucosa, estamos subsanando el déficit fotosintético y podemos ayudar a la misma a superar el estres. Yo pienso probarla a ver que tal.
Tras estas confesiones, Kawabe se dispuso a explicar la técnica del injerto sobre el pino, para lo que reclamó la ayuda del jóven Antoñillo:




Primero le pidió que alambrara unas ramas para separarlas y facilitar su injertado:


Y después le indicó como realizar un autoinjerto, de la punta de la rama a la base:
Bueno, y hasta aquí os puedo contar, ya que tuve que salir para el regreso al Puerto, pero fué una experiencia que no me dejó indiferente. Va más con mi manera de trabajar que una demo más completa, aunque creo que todas son instructivas.

Un saludo.

Juan Antonio.

4 comentarios:

AM dijo...

Estupendo!!!! esta es una de las razones por las que me engancho a los blogs!!!!!!!

muchas gracias!!!! mil gracias!!!!

por cierto glucosa=azucar de azucarera española??

saludos

Carthago dijo...

Gracias AM.

El azucar de mesa es sacarosa, un disacárido que lleva glucosa, pero no es glucosa pura. La glucosa que dice Kawabe es pura, se puede comprar en droguerías o farmacias, es la misma que se añade al suero glucosado que ponen en los hospitales como alimento a los enfermos, pero a otra concentración, aunque creo recordar que podría servir, pero sería más caro, por las medidas higiénicas que conlleva su fabricación.

Un saludo.

Jose Antonio dijo...

Existen unas ampollas bebibles de glucosa que las usan algunos deportistas. Son de 10 ml, por lo que, de acuerdo a las proporciones que da Kawabe, deben diluirse a razón de una ampolla por 4 ó 5 litros de agua, pero eso habría que verificarlo, porque soy de letras.

Carthago dijo...

Ok Guerao, aunque supongo que comprar la glucosa en paquete industrial saldría más barato.

Un saludo.

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