sábado, 30 de mayo de 2009

Una encina centenaria

Hola amigos, en pago a vuestra constancia y perseverancia en visitar este blog, a pesar de lo abandonado que lo tengo por lo del traslado de casa, os voy a subir un trabajo completo que he realizado este fin de semana sobre una encina centenaria que he adquirido recientemente, a muy buen precio, por cierto.
Si no me han informado mal esta encina ha procede del Sr. Recio, de las muchas que el ha recuperado, y por lo que me han contado, el las planta en estos macetones cuando ya han enraizado y se han establecido, por lo que le estimo al menos unos cuatro años de trabajo previo.
Me llevé una formidable sorpresa cuando la vi la primera vez en directo en casa de mi amigo José Manuel Salmerón, ya que pensaba que no tendría más de 50 cm. Cuando la medí en casa su altura desde el nebari era de 118 cm, y su anchura otro tanto. Lógicamente, con el trabajo de modelado se rebajaría su altura al menos unos 20 cm.

La fuerte brotación que presentaba tras pasarse 3 meses en casa de mi amigo, me garantizaba que podía disfrutar este fin de semana trabajándola. Casi me lisio cuando la saqué del coche, para meterla en él tuve la ayuda de 3 personas, pero a veces hace uno unas burradas....

Presenta un nebari muy ancho, que toca en los bordes de la maceta por ambas partes, y en la base tiene la cicatriz de una gran raíz podada.

El tachiagari tiene movimiento interesante, encontrándonos a media altura otra gran herida de poda y un jin, vestigio de otra gran rama, que no se si se podó en el trabajo anterior o lo presentaba cuando estaba plantada en suelo.

La parte que más quebraderos de cabeza me viene dando desde que la vi por primera vez es la gran rama que sale a la derecha, vista desde el frente, que nace a media altura, y engruesa de forma un tanto fea esa parte media desde esta vista trasera que os muestro.


En estas dos imágenes, superior e inferior, podéis ver el nebari en su parte más ancha y los dos puntos de interés que aparecen a mitad del tronco.

Y visto desde un lateral, el feo nacimiento de la rama principal:

Las ramas principales presentan en su nacimiento un bonito craquelado, que denota vejez:

La parte interesante de la rama principal, también con un espectacular craquelado:
Y una vista apical que os muestra la gran cantidad de ramas que han aparecido desde la gran poda inicial:

Tras meditar y meditar, decidí mantener en el diseño la gran rama de la derecha, a pesar de sus defectos, pero es que desde el frente elegido se disimula bastante, y aunque la rama en un principio vuelve hacia la espalda, presentaba unas subramas aprovechables que podía tras alambrarlas, llevarlas hacia el frente, con un movimiento general interesante.
Podé todas las ramas mal colocadas y defolié todas las ramitas para alambrar sin obstáculos. Dejé un par de hojas en las puntas para que la savia no deje de fluir por la rama, y saneé los cortes y las heridas antiguas a las que había retocado los labios para que se activara el cambium y ayudara a cicatrizar.

La primera subrama, muy gruesa, tuve que bajarla con ayuda de un tensor y un torniquete, ya que se levantaba en exceso, aunque no la puse totalmente plana para que tuviese volumen:

Antes del alambrado, vista desde arriba, así dejé la rama de la derecha:

Y aquí tenéis a mi hijo Ángel posando al lado de la encina, para que os hagáis una idea de sus dimensiones:


Una fotografía de detalle de la primera rama ya alambrada y modelada:

Una vista frontal:

Una vez acabado el trabajo de la primera rama, donde finalmente tuve que aplicar otro tensor para mantener la punta de la rama en la dirección requerida, pasé a trabajar la rama de contrapeso.
En este caso, también se presentaba una tesitura, dejarla pequeña podando la gruesa rama principal y aprovechando una subrama que le daba conicidad a la rama, con lo que posteriormente me vendría el problema de tener pocas ramas traseras, o aprovechar la mayoría de la ramificación disponible y con ayuda de gruesos alambres y un tensor, formar la pequeña rama de contrapeso y una rama trasera que rellenara el espacio posterior. Como podéis comprobar he sido conservador, siempre hay tiempo para podar, y he optado por la segunda opción.

Aquí tenéis una vista trasera para que comprobéis el trabajo realizado:
Y una vista frontal para que comprobéis el efecto conseguido con el modelado. Aunque todo el trabajo se ha realizado en dos medios días, nunca hay que tener prisa para ir mirando y remirando el efecto conseguido, máxime en un árbol difícil, como es el caso:

Más en detalle:Y le toca el turno a una pequeña rama casi frontal, a la que he girado un poco hacia la derecha, con ayuda de otro tensor, y a la segunda gran rama trasera, a la que igual que en el caso de la primera rama, presentaba muchas subramas, de las que solo he aprovechado dos, una más larga, que he dirigido hacia el frente, y otra más pequeña y gruesa, a la que tras eliminar unos feos tocones, he colocado dirigida hacia la parte trasera. Desde el frente podéis ver que ya se han construido tres pisos en la ramificación, mientras que solo existe uno en la parte izquierda:

Una vista en detalle de las ramas trabajadas en la parte derecha del árbol:

Desde otra altura:

Un detalle para mostraros el anclaje de la subrama que he bajado y llevado un poco al frente:

Las dos ramas de la izquierda en detalle:

Lo que me quedaba para trabajar al día siguiente:

Una vista apical de la zona derecha:

Y tras el relajante descanso, aunque no para la cabeza, que estuvo toda la noche buscando soluciones a la terminación del ápice, comencé podando y defoliando para ver mejor lo que quedaba por modelar, y como lo iba a finalizar:

Lo primero que hice esta mañana fue bajar la gruesa rama que quedaba, y formar un segundo piso en el lado izquierdo:

Y después, alambré y puse un tensor de cobre para girar hacia la izquierda la parte más gruesa del ápice:
Poco a poco fui alambrando y bajando las ramitas finas que había dejado en el ápice. Las dejé largas, para cubrir más espacio y que la copa no quedara muy afilada. Conforme vayan engrosando, las iré sustituyendo por otras traseras, consiguiendo también una ramificación progresivamente más fina:

Y las ramitas apicales modeladas:

Hay que ver como se disfruta trabajando buen material, y una vez finalizado, y aunque muy pelado de momento, se empieza a vislumbrar la majestuosidad de este ejemplar. Vamos a ver un poco más en detalle el trabajo de la copa finalizado:

El ápice:

La ramita fronto-lateral:

Una vista aérea de la segunda rama de la izquierda:

Desde el frente, podéis ver como he dado movimiento a la segunda rama, que va descendiendo suavemente:

Y una vez finalizado el trabajo de la copa, me puse manos a la obra con los gruesos cortes de las ramas del tronco, y con ayuda de la dremel y una gubia helicoidal, que come que es un peligro, fuí ahuecando las heridas. Posteriormente refiné el trabajo con otra gubia en forma cónica con la punta redondeada, y posteriormente apliqué pasta selladora a los labios de la cicatriz, quemando las hebras de madera con ayuda de un soplete.



Y el resultado final. El último trabajo fué eliminar unos dos dedos del substrato, compuesto por turba y arena, con muy poca akadama, introducir bastante substrato a base de akamada y arena el Fuji en un hueco que presentaba la base del nebari, y limpiar un poco de musgo el tronco.
Por último, un buen riego con GK365 y quelatos, y rellenar el perímetro de la macera con pellets de biogold.
El resultado. Frente:
y trasera, un poco girada:

Una vista lateral:

Detalle del tronco con las heridas trabajadas:

Otra herida de la parte superior:

Y eso es todo, espero que esta entrada os compese las dos semanas de inactividad. Un saludo.
Juan Antonio.

sábado, 16 de mayo de 2009

Divertimentos con raíces

Hola bonsainautas.
Perdonad esta inactividad de más de una semana, pero ando un poco liado con la mudanza.

Para compensaros os he preparado un artículo sobre una de mis manías, aprovechar todo el material del que dispongo para intentar hacer bonsái.
Este Olmo parvifolia es de mi amigo y compañero de instituto Carlos, profesor de Física y Química del IES Pintor Juan Lara, del Puerto de Santa María. Hace casi 3 años que me lo trajo a casa, junto con otros 3 árboles, en principio para que se los cuidara un tiempo, pero ya han pasado a engrosar mi colección, pues se le ha pasado la afición al bonsái, o eso parece. Tal vez, cuando vea como va su olmo, regrese a por él.

Cuando le realicé el último transplante, que necesitaba, eliminé muchas de las raíces enrolladas que presentaba, y me dio pena tirarlas, así que me entretuve en realizarles unos cortes limpios para que emitieran más raíces, y sellé con pasta la parte apical.

Hay que respetar siempre la polaridad, y la zona que era la punta de la raíz primitiva es la que hay que plantar en el sustrato, mientras que la que se encuentra pegada al tronco es la que se convertirá en el futuro ápice. Disponía de un tiesto libre y fui plantando las que me parecían más atractivas, añadiendo un poco de hormonas enraizantes (AIA, AIB).

El substrato que utilicé estaba compuesto de akadama y arena volcánica roja al 50%, muy drenante, y que favorece el enraizamiento fuerte. A las dos semanas ya estaban brotando las raíces, levantando la pasta cicatrizante. Era el 10 de abril de 2008:

Es una gozada ver como la naturaleza se abre camino, como decían en Parque Jurásico, je, je.

Algunas de las raíces brotando:

Cuando habían enraizado perfectamente, sobre el 25 de mayo, defolié parcialmente y planté en macetitas de cactus, con el mismo calibre de substrato en la base y substrato más fino en la parte superior, para que se mantenga más húmedo el substrato.

Empecé con 16 raíces, y poco a poco he ido regalando casi todas. 3 me las compró otro amigo este año, y me he quedado con 7 de las que no me quiero desprender de momento, por lo menos para disfrutar de su evolución.
Algunas de ellas recién plantadas en sus macetitas individuales:




Os voy a mostrar la evolución de 6 de ellas desde el mes de julio del año pasado, cuando las transplanté a macetas de cultivo tokoname. Al principio, las raíces son muy flexibles, pero también muy quebradizas, por lo que el alambrado debe ser muy cuidadoso para evitar que se quiebre. De todas formas, si se desgajan un poco, se vuelven a enderezar y se aplica algo de pasta, y estas fuertes raíces vuelven a cicatrizar.
La Z1, en su macetita de cactus:
Tras dos meses de crecimiento, en su maceta de cultivo:
Un nuevo defoliado y a darle un primer alambrado:

En el mes de septiembre de 2008, tras una poda ligera y un defoliado:

En febrero de 2009, ya llevaba creciendo casi un mes, así que a desalambrar, defoliar y volver a alambrar:

El resultado del trabajo:

Ponemos unos 7 pellets de biogold cada mes, abonamos con GK 365 una vez a la semana, y añadimos microelementos en forma de quelatos una vez al mes. Pleno sol, desde luego, y agua osmotizada. Con este régimen de abonado, los crecimientos son muy equilibrados, el verde es muy lustroso, oscuro, y el árbol denota salud. Un día después, con otro fondo:

A primeros de mayo ya estaba pidiendo un trabajito. Si lo que queremos es engordar el tronco, dejaremos crecer estas ramas, pero no se consigue una ramificación fina. Mi divertimento consiste en formar arbolitos tamaño mame, bien proporcionados, con bastante ramificación fina y unas hojitas pequeñas, así que toca podar, defoliar y alambrar. El antes:

El después:


Con el resto de las raíces el trabajo ha seguido esta pauta comentada en las fotografías anteriores, pero siguiendo otros patrones de diseño, siempre al mínimo detalle. A veces, en defoliar y alambrar uno de esos pequeños olmos me he tirado más de una hora y media de trabajo. Hay que ser muy meticuloso y paciente, sin prisas, divirtiéndose en cada una de las tareas que realizamos, de lo contrario, abandonaremos pronto estos proyectos y no conseguiremos nada.
El Z3:





El Z4:







El Z6:








El z7:







El Z9:







Y eso es todo. Siempre que me preguntan por que especies comenzar en el mundo del bonsái, aconsejo que con los olmos en primer lugar. Te van a hacer trabajar como un chino alambrando, desalambrando, defoliando, pinzando, transplantando, abonando,.... pero durante el proceso de su formación, habrás dominado éstas técnicas, que independientemente de la calidad del trabajo conseguido, es un bagaje muy interesante al finalizar los primeros años de cultivo.
Un saludo y a por esos olmo, ya sean parvifolia, ya sean nuestros Ulmus minor o nigra, cualquiera vale y responde igualmente bien a las técnicas que os he mostrado con estos divertimentos, sin olvidar otras ulmáceas, como las zelkovas, claro.
Juan Antonio.

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