jueves, 4 de febrero de 2010

Trabajando un carrasco

Hola amigos,

seguro que todos estáis deseando que llegue ya la primavera, por mi parte y aprovechando mi situación más sureña, ya estoy comenzando con los transplantes y con el trabajo de algunos árboles que tenía un poco abandonados.

Este es el caso de un pino carrasco que llevo trabajando desde 1993 con una finalidad, regalárselo a un buen amigo de Cartagena, Ginés, Valeri Karpin como yo le llamo, debido a su profesión.
Su historia comienza en noviembre de 1993 cuando fue recuperado en una finca privada de la sierra de Lorca a donde acudí invitado de cacería, aunque yo solo me dediqué a cocinar una buena paella, y después de comer me di un paseo por el campo para despejarme. En una zona arenosa cerca de un pinar había un pequeño vivero natural de carrascos y tirando un poco salió uno, casi sin esfuerzo. Cuando regresé con él al punto de reunión mi amigo Ginés me pidió que le hiciera un bonsái con ese pino y yo accedí, pero le dije que tardaría unos años.
Así estaba el pino tras eliminarle el ápice, pensé en reconstruirlo con las ramas de la base, aumentando así su conicidad:

Lo dejé recuperarse un año y el año siguiente comencé a modelarlo, primero una limpieza de acículas y luego un ligero alambrado. La finalidad era retroceder la brotación para reconstruir las ramas, que de momento tenían las yemas muy alejadas de la base:

Pasó otro año y la ramificación iba retrocediendo, se eliminaron de nuevo las acículas del año anterior, se eliminó alguna rama innecesaria y se le aplicó un nuevo alambrado:




En noviembre de 2006 decidí comenzar a realizar un shari en el tronco para disimular el abultamiento que presentaba, resultado de la gran cantidad de ramas que tenía en esa zona en el campo:

Y así estaba el pino carrasco tras realizarle el shari, ya se podían observar brotes en la base de las ramas, que era el primer objetivo que me marqué, ahora se podía empezar a construir ramas:

Un día después, tras finalizar el alambrado de las ramas disponibles:

Uno de los principales problemas que plantean los Pinus halepensis (Pino carrasco) es que si los pinzamos continuamente, conseguimos aumentar la ramificación trasera, pero esta es de hoja juvenil. Hay que pinzar los nuevos crecimientos en el mes de junio, eliminando todo el crecimiento de la estación para que forme una segunda brotación de hojas más pequeñas, y desde que se poda, no abonar apenas, con lo que las velas no toman mucha fuerza. Así estaban las velas de mi carrasco en marzo del 2007:

Y todo esto fué lo que crecieron hasta septiembre. En esta fase no me preocupo mucho de que tenga hojas adultas, sino que me centro en formar la ramificación fina.

El shari que realícé el año pasado había cicatrizado bien, cerrando un poco la herida:

Pincé de nuevo y alambré la ramificiación, en un estilo moyogi, era lo que me inspiraba este pino por aquella época:

Un detalle del ápice, para que veáis hasta donde llegaba con el pinzado y el defoliado. Realmente el Pino carrasco es muy fuerte y responde bien a todos los trabajos que se le hacen, lástima de no formar buenas cortezas en poco tiempo y de tener esas hojas tan grandes:

Y pasó otro año, solo se da cuenta uno de ello cuando ya ha pasado, y por desgracia cada vez pasan más deprisa. Un nuevo defoliado y un ajuste de la copa, con ayuda de un tensor acerqué la parte superior a la zona baja para compactar más el pino:

y amplié un poco más el shari del tronco:

Tras el pinzado de junio de 2008:

y un nuevo alambrado de las ramas finas:

Y su respuesta a estos trabajos, una buena brotación que comienza a alargarse en febrero de 2009:

Mi idea era transplantarlo ya a un tiesto de bonsái y regalárselo a Ginés, creo que había conseguido mi objetivo de formar un bonsái mediano con un material de partida poco atractivo, y mi amigo no tendría que esforzarse mucho para mantenerlo en buena forma, pero no me satisfacía mucho el resultado. Ya sabéis que los gustos cambian con la edad y con nuestra propia experiencia en el bonsái, así que me planteé un nuevo cambio en el diseño. Para ello necesitaba fortalecer el pino, así que no lo pincé demasiado, solo un poco los brotes que se salían de la silueta:

Y llegamos a enero de 2010, este pino no se enteró de los 7 días de sequía de agosto y empezaba a alargar velas respondiendo a las buenas temperaturas que hemos tenido y a las lluvias. Era el momento de realizar la remodelación, un trabajo drástico que llevaba pensando más de 6 meses:

¿que os parece?:


La idea era volver a sustituir el ápice, ganado más conicidad y mejor movimiento del tronco. Con el resto del ápice antiguo formé un jin:


El jin lo trabajé manualmente, tirando de las fibras con ayuda de unos pequeños alicates, queda más natural:


Y tras alambrar y modelar las ramas que dejé. Cambié el frente por la espalda y amplié el shari para arreglar visualmente el defecto del engrosamiento del tronco:


El frente anterior:






El nuevo frente:

Con esta poda tan drástica, era preciso reducir un poco el sistema radicular, así que busqué un tiesto libre y me decidí por este rectangular de esquinas redondeadas, sin esmaltar:

Y a sacarlo del tiesto para ver sus raíces, desde 1993 no lo habia transplantado, solo eliminaba cada cierto tiempo la capa superficial y la reponía por nueva, también añadí varias veces micorrizas, pero por lo que se ve este pino no forma los panes de raíces del pino negro. Eliminé toda la tierra vieja y podé algunas raíces para que entrara en el pequeño tiesto elegido:

Las puntas de algunas raíces mostraban actividad, así que con las temperaturas que estamos teniendo y un poco de protección no habrá problemas.

Una prueba para ver si había que podar más raíces:

Y a rellenar de akadama en mezcla al 50% con arena del monte Fuji:




Una vista apical:

Y el resultado final de la remodelación. El problema es que ahora mi amigo Ginés tendrá que esperar como mínimo otros tres años para que el nuevo diseño madure. Es lo que tiene el bonsái, que es un arte inacabado en permanente evolución.


Un saludo.
Juan Antonio.

6 comentarios:

Moraito dijo...

Si sigues asi.... no se lo entregaras nunca!!!

No sera que no quieres desprenderte de el??? jejeje


Muy buen trabajo.

Gracias Carthago.

Un saludo

Gregor dijo...

Moraito me ha quitado el comentario,,jeje Yo creo que te quieres desprender de el..
De cualquier forma Juan me gustaba mas antes de la poda drastica..

Godia.

Carthago dijo...

Me has pillao, Moraito.

Gregor, a mi también me gustaba antes, estaba bien encaminado, pero si no le pego la poda, no seguirá mejorando, espera a verlo en dos o tres años y verás que tenía razón,

Un saludo.

Tersio dijo...

Ademas de todo lo que este enseña este post es a ser libre y tener la mano y muñeca bien suelta nunca atarce a nada, yo a veces puedo pero por lo general no, es cuestion de entrenaminto nada mas!
Valiente y muy aleccionador.
Saludos y Gracias

Unknown dijo...

Me gusto mucho su trabajo, didáctico e inspirador para los que empezamos en este hermoso arte del bonsai, ojalá pueda seguir contando la evolución de ese pino, saludos desde Chiapas, México.

German Navas Martinez dijo...

Impresionante!!

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