lunes, 6 de agosto de 2012

El Volcán, defoliado parcial y limpieza

Hola amigos,

hoy os voy a mostrar la evolución del Volcán, un proyecto iniciado hace casi tres años, en enero del 2009, y que por unos motivos que no vienen a cuenta, quedó en un proyecto inacabado en el portal Bonsaisur. Pero bueno, hoy haremos el recorrido a lo largo de estos años y veremos como ha ido tomando forma.

La entrada anterior la podéis consultar en la etiqueta "Volcán", y en esa ocasión lo dejamos preparado para brotar tras el trabajo de limpieza de madera:


A las pocas semanas empezó a brotar muy bien, y sobre todo, en la zona apical, donde nos interesaba:

Sus primeros brotes alargándose:


 Los dejé crecer libremente y en junio de 2009 creí llegado el momento de empezar a elegir los brotes que se utilizarían en el diseño, eliminando los restantes:
Así de esquelético lo dejé, pero me gusta empezar a dirigir las brotaciones pronto, para ir dando forma a las futuras ramas. Si se deja engordar demasiado no es posible dar las mismas curvas. En este estado las ramas están muy flexibles y es posible doblarlas mucho sin quebrarlas:
No despunté las ramas para que siguieran creciendo y engordando, pero ya fui dando movimiento a las mismas con el alambre:
Para septiembre había respondido muy bien saliendo muchas nuevas ramas que había que seguir posicionando:
Tras el nuevo retoque:

En marzo de 2010 lo trasplanté a un tiesto que tenía disponible, el que contuvo a la Gárgola en sus primeros años. Me gusta colocar a los árboles pronto en su maceta de bonsái, y esta era lo suficientemente espaciosa para que el árbol se desarrollara bien. Aproveché para seguir trabajando la madera muerta. Se veía muy monótona, y abrí nuevas oquedades. Aún le quedaban algunas termitas y había mucha madera muy deteriorada. Es mejor eliminarla cuanto antes, y tratarla a fondo con polisulfuro de cal. Su nuevo aspecto:

 Mayo del 2010. Ahora tocaba abonar bien, dejar crecer y esperar para el siguiente trabajo:

 Mes de julio. Como hago en este mes que estoy de vacaciones, un repaso a todos mis árboles.
 Defoliado parcial y algo de alambre para seguir construyendo las ramas. Una limpieza de madera muerta y polisulfuro.

 Octubre de 2010:

 Mayo de 2011. En ese intervalo se me desplomó la piedra de la peana en la que lo tenía colocado, se cayó al suelo y se rompió la maceta. Un remiendo la puso de nuevo operativa, pero el cabreo fue mayúsculo. Si comparáis con la imagen anterior podéis comprobar que al olivo no le importó y siguió creciendo a su ritmo.
Julio de 2011, de nuevo a repetir el trabajo que realizo los meses de julio. Defoliado parcial y alambrado, con limpieza de madera:
En este par de imágenes podéis comprobar como las ramas iban tomando forma. Alambre y poda, con defoliados parciales o totales tienen la culpa:


 Enero de 2012. El olivo va densificando la copa, pero la presión de las raíces habían vuelto a romper la maceta, se hacía necesaria una nueva reparación más cuidadosa. Una buena masilla de dos componentes me ayudó a repararla de nuevo. Había trozos muy deteriorados, sobre todo en la parte trasera, pero podía seguir utilizándola para cultivar este ejemplar. Ya le buscaremos una maceta en un par de años.

 Y llegamos a este mes de julio, aunque en realidad este año ha sido el 1 de agosto. Así teníamos al olivo. Mucha estrellita que quitar y alguna rama que ir colocando en el sitio correcto, pero el resto del trabajo el mismo de todos los años:
Una vista apical para que comprobéis como se ha ido cerrando la copa:
Tras el defoliado parcial, quitar algunos alambres y poner otros que eran necesarios, aunque cada vez menos:
La vista lateral derecha:
La parte trasera:

La vista lateral izquierda:
Y el frente a día de hoy. Creo que van a necesitarse otros 3 años más de lo que pretendía para que el olivo tome más carácter, pero es que no es un ullastre, claro.
Seguiré mostrándoos su evolución.
Un saludo.
Juan Antonio Pérez.

viernes, 3 de agosto de 2012

Un olivo literati para aprender

Hola amigos,

hoy os voy a mostrar la evolución de un olivo que compré en el año 2001 o 2002 en un vivero de Cartagena y que me sirvió para ir acercándome a esta especie. Por aquel entonces solo había trabajado una estaca de olivo y ni por asomo me había acercado a los maravillosos ullastres que hasta el día de hoy siguen siendo mi especie favorita.

Cuando lo localicé en el vivero iba buscando material raro, poco agraciado y por supuesto, barato. El viverista se quedó sorprendido cuando le dije que quería precisamente este, una estaca enraizada con muchas zonas de corteza muerta y que presentaba síntomas de haber sido atacado por diversos parásitos, pero ese fue el elegido. No recuerdo bien, pero no pagaría más de 300 de las antiguas pesetas por él.

Con mi antigua máquina reflex de película le hice las fotografías de rigor, y este es el aspecto que presentaba. Hace unos días las volví a encontrar entre mis antiguos álbunes, y me puse a escanearlas para mostrároslo:
En la base de la maceta se pueden ver los restos de la bolsa de turba en la que se enraizó esta estaca, y el substrato era tierra de campo. Lo primero que hice fue eliminar todas las zonas de corteza seca y aplicar un sellador. Los que ya lleváis unos años en esto recordaréis este lac balsam morado, muy usado por los aficionados en aquella época. Te ponía perdido los dedos y las manos si te descuidabas:

Había zonas muy afectadas y otras un poco menos, y ante todo era muy recto. Pasado un año o dos, no lo recuerdo bien, y ya en maceta con akadama y tierra volcánica comenzó a vivir su nueva etapa como prebonsái:
Las zonas vivas de corteza las fui definiendo mejor, y a mitad del tronco se dividía en dos venas que llegaban a la copa:

Ya en el Puerto de Santa María, en el 2007, opté por dar un poco de torsión a la parte alta, eliminar parte del ten-jin, y ahuecar algunas zonas. Realmente es un olivo con el que he experimentado mucho.
Disponía por aquel entonces de esta kurama artificial y lo planté en ella, y poco a poco iba mejorando la textura de la madera y el grosor de la vena viva:

Mayo de 2008:

Seguía sin convencerme, sobre todo lo recto del tronco, así que pensé en hacer un poco de cirugía, separar las dos venas vivas, partir la madera y volver a recomponerla con un poco de masilla en la zona de rotura, siempre sin estropear la vena viva. Tras la cirugía quedó así:
La zona de rotura, con una pequeña grieta protegida por masilla, y el nacimiento de la vena viva de la rama que bajé:
Aún quedaba mejorar con masilla blanca la zona de contacto, para disimular la rotura:
El aspecto de literati era ya más que aceptable, y me gustaba mucho más que al principio:
El crecimiento de un año. Estábamos en mayo de 2009:
En junio de 2009, en una quedada de Bonsaisur, mi amigo "Granaíno" me regaló esta kurama confeccionada a partir de un bolo de Toba calcárea. Se había entretenido en vaciarla con martillo y cincel, y consideré ponérsela a este olivo:
Ya plantado en ella, algunos martillazos más tuve que darle, sobre todo para abrirle agujeros de drenaje:
A la vuelta de las vacaciones tras quitarle las hojas secas. Estuvo a punto de morir tras estar casi 15 días sin regar. La Kurama le ayudó a vivir, y el estar más a la sombra que otros que si fallecieron. Las hojas que le quedaban estaban casi marrones, pero las ramas aún tenían humedad:

La rama en cascada no brotaba bien, así que se la quité, y me quedé solo con una de las primitivas venas:

Cuando un árbol quiere vivir, vive, y este tenía muchas ganas. En julio de 2012 ya había recuperado todo su vigor, y poco a poco la copa se ha ido cerrando:

Tras quitarle y reubicar el sedum, limpiar y despejar un poco el nacimiento de las raíces, y defoliar parcialmente, como hago con mis olivos en esta época, aquí lo tenéis presentado en la última mesa que me confeccionó Rosendo Martínez:
Un pequeño helecho ha crecido de forma natural en otra de las oquedades, y la mesa encaja muy bien con la piedra:

De momento esta ha sido su evolución hasta el día de hoy. No es gran cosa, pero llegará a serlo dentro de otros pocos años. Pero ante todo, me ha acompañado más de 10 años y he aprendido con él mientras íbamos evolucionando los dos. Le tengo un gran cariño.

Un saludo.

Juan Antonio Pérez.

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