domingo, 22 de diciembre de 2013

Pequeño Olmo negrillo de estaca de raíz

Hola amigos.
 
Hoy una pequeña entrada para mostraros una de mis especies favoritas y el recuerdo de mis comienzos con el bonsái, cuando el material que tenía disponible era escaso. En esos primeros años de mi andadura en el mundo del bonsái, el material más asequible lo tenía en los jardines cercanos a casa, y eran los chupones de los olmos que crecían en el parque de Santa Ana. Cuando comenzaba la primavera me acercaba a recolectar algunas raíces y hacía esquejes. Muchos tenían una gran cantidad de brotes y los primeros bonsáis que hice con ellos fueron pequeños bosquecitos.
 
Recordando esos tiempos y lo agradecidos que eran estos chupones para que un principiante practicara muchas de las técnicas de esta afición, en el año 2012, con mis alumnos del IES Pedro Muñoz Seca recogimos casi 40 de ellos procedentes de un gran olmo podado el año anterior. Aquí los tenéis recién sacados de la tierra:
 

Eliminamos la mayoría de los brotes y definimos el movimiento del tronco. Saneamos los cortes de la raíz y los plantamos en macetitas de plástico para que enraizaran. El protagonista de esta entrada está a la izquierda:

Un año después, el primer modelado  de ramas para ir definiendo el estilo, un pequeño moyogui:




Durante los dos primeros años he ido defoliando de dos a tres veces al año, a la vez que podaba las ramas demasiado largas. La idea era ir aumentando el número de ramas para posteriormente posicionarlas con el alambre. La ventaja de los olmos es que tarde o temprano, con esta técnica, te terminan saliendo brotes en los sitios en los que los necesitas, y solo hay que eliminar los no útiles y quedarte con los correctamente situados. Eso sí, hay que vigilar continuamente el alambre, ya que el crecimiento es vigoroso y se clava muy rápido dejando huellas difíciles de eliminar después.
 

Dos años después de sacarlo de la tierra ya podemos ir mejorando la ramificación con sustituciones de ramas, dando conicidad a las mismas. Este mes de diciembre, ya tirando las hojas, aunque le ha costado por las buenas temperaturas que hemos tenido, tocaba poda y alambrado:
 

Lo primero, eliminar malas hierbas y hojas para ver la ramificación sin estorbos y poder podar correctamente:
 



 

Las mismas operaciones, pero desde una vista apical:
 
 

 Y el alambrado de todos los brotecitos para posicionarlos correctamente:


 Poco a poco va tomando forma este pequeño shohin, en un año más irá a maceta de bonsái.


Imagen de la espalda:


Y una operación más antes de dejarlo descansar hasta la primavera, limpiar la parte superficial del substrato y descubrir algo más del tronco, hasta que empiezan a verse las raíces superficiales. En el siguiente trasplante las iremos arreglando, que hasta ahora se han dejado crecer a su aire para fortalecerlas. Un poquito de musgo y una protección anti-aves, aunque hay mirlos que estas redecillas terminan quitándolas también, solo los entorpece un poco.
 

Y de momento eso es todo. Practicad con ellos, son muy agradecidos.

Un saludo y FELIZ NAVIDAD a todos.

Juan Antonio Pérez.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Modelado de un roble SINUOSSSSSSSSO

Hola amigos,
 
una entrada corta entre examen y examen de final de trimestre, que ahora es cuando más ocupados estamos los profes.
 
Este roble me lo proporcionó mi amigo Mario y tiene un tronco muy craquelado y un movimiento muy sinuoso, que me atrajo desde que me enseñó las primeras fotografías. En directo ganaba, y así llegó a casa:
 

Pincé un poco los brotes excesivamente largos y no me metí a modelar la copa esperando a que las hojas se cayeran en otoño, pero comencé a estudiarlo un poco para ver como trabajarlo. El primer defecto que le aprecié fue una conicidad invertida en la base, aunque se me ocurrió disimularla ampliando el uro natural que presentaba y abriendo un sabamiki hacia el nebari


Con esta intervención se adelgazaba visualmente el tronco en la curva, y aparecía un punto de interés nuevo. La vena viva más delgada y el contraste con los huecos, disimulaban el defecto:

Otro problema a solucionar era la diferente fortaleza de las ramas, unas muy fuertes y con hojas de gran tamaño relativo, y otras mas debilitadas, con hojitas pequeñas, sobre todo las del interior de la copa, que reciben menos luz. Había que modelar para abrir huecos y facilitar la entrada de luz al interior de la copa. Los pinzados también ayudarían a equilibrar la fuerza de las ramas y conseguir un tamaño homogéneo de las hojas. Aquí os pongo un ejemplo:

 
Estuve pensando si cambiar el ángulo de plantado, sobre todo por lo pesado del tronco y lo poco estable de la maceta con tres patas. En cuando se movía un poco por el viento tendía a caerse. Tuve que ponerle una piedra encima para evitarlo. Es muy atractivo el tronco y quedaría muy bien en algunas de estas posiciones, sobre todo la primera, pero el nacimiento de la primera rama no me gustaba, y ya me iba a resultar difícil arreglarlo para encima cambiarle el ángulo de plantado, lo que me obligaría a bajarla más aún, acercándola al tronco.
 






 
Cuando han empezado a ponerse marrones las hojas, aunque no mucho por las temperaturas tan suaves que tenemos en Cádiz, lo he defoliado por completo y me he puesto manos al alambre para darle su primer modelado. Previamente he eliminado brotes mal situados e innecesarios y he ido quedándome con las ramas útiles, podándolas en consonancia con el futuro modelado. Esto lo suelo hacer por aproximación, y luego, tras alambrar y modelar, ajusto la longitud de las ramas.
 
El principal problema del modelado se encontraba en bajar el nacimiento de la primera y segunda ramas, que en su momento se cortaron muy cerca del tronco y no se les dio el ángulo apropiado. Con la ayuda de un escalpelo realicé una incisión en la axila superior, y con un grueso alambre que me hacía de tope, sujeté toda la rama y fui bajándola lentamente para desgajarla controladamente. Podéis apreciar en la imagen la herida realizada, que posteriormente aseguré con una pequeña piedrecita y sellé con pasta.
 



Finalizado el alambrado, me planteé bajar el tronco con ayuda de un tensor, esto me ayudaría a terminar de llevarme la primera rama a una posición más apropiada, sin necesidad de forzarla tanto.
 


Una vez bajado el tronco, y en previsión del tiempo extenso que tendría que estar colocado el tirante, sustituí el tensor por un alambre de cobre fino y doble, que sujeté al cáncamo pequeño colocado en la madera muerta. Protegí el tronco con un trozo de goma y a realizarle la foto finish:




 Se puede variar ligeramente el frente a la posición anterior, pero eso lo decidiré más tarde. De momento ya se ha avanzado bastante en su formación y ahora hay que centrarse en fijar las posiciones de las ramas y en densificar la copa a base de un buen cultivo. Os dejo con una imagen de detalle de la copa y del modelado de la primera rama.
 


Un saludo y hasta que termine con los exámenes.

Juan Antonio Pérez.

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