viernes, 22 de agosto de 2014

El arrayán ELVEA

Hola de nuevo, amigos!.
 
Entrando en el final de las vacaciones, aún me queda tiempo para dedicarle a los árboles.
 
A la vuelta de mis vacaciones en mi pueblo, le he metido mano a un gran arrayán, como llamamos por aquí a los mirtos.
 
 
Se trata de un gran ejemplar engordado en el campo de mi buen amigo Fernando Veas. Alcanzan grosores de tronco espectaculares, pero son una auténtica maraña de ramas. En una ocasión anterior me regaló otro, también de gran calibre, pero lo trabajé en exceso al principio y se fue. Con este he tenido mucha más paciencia.
 
 La primera imagen que tengo de él es del día de su recuperación, en mayo de 2012. Se le hizo una poda en el campo y se cortaron pocas ramas. Lo principal, tras el fracaso anterior, era enraizarlo bien. Son árboles muy fuertes, pero tenían nematodos en las raíces y antes de ponerse a trabajarlos es necesario que enraícen bien.
 

 Tras más de un año bien abonado, el arrayán mostraba signos de fortaleza y estaba listo para comenzar a pensar en su diseño. Lo primero definir la línea del tronco, ya que el excesivo número de ramas que presentaba no nos daba una idea clara de como diseñarlo.
 


Se podaron ramas gruesas dejando tocones para trabajarlos como jines, y se dejaron dos ramas excesivamente gruesas para intentar que brotara por donde nos interesaba, que aún no lo había hecho.
 

 
El movimiento del tronco se continuaba muy bien con la rama que ahora está más alta en el ápice, aún verde, pero sin brotación.
 
Se aprovechó para descortezar todo el árbol, que como podéis observar en las dos fotografías siguientes, escondía un auténtico criadero de cochinilla algodonosa.
 


Estábamos a finales de julio de 2013 y más o menos la línea del tronco se estaba consiguiendo definir. Se rebajó un poco alguna raíz gruesa y se comenzó a trabajar también el nebari. En el futuro trasplante a una maceta más baja, en un par de años, volveremos a trabajarlo.
 
Como podéis apreciar en la imagen inferior, se dejaron muy pocos brotes. pero uno sería el más importante para el futuro, el que nace en la base de la rama que se dejó como ápice.
 

Las dos gruesas ramas de la izquierda de la imagen inferior se dejaron para no parar la circulación de savia en esa zona, y como seguridad por si no se conseguían ramas en donde nos interesaban.




Seis meses después, en enero de 2014, de nuevo mostraba una fuerza increíble. Prácticamente no para de crecer en todo el año, sobre todo en nuestro clima gaditano.



Con los arrayanes no hay que complicarse mucho. Aceptan muy bien la poda fuerte, tipo seto. Yo realizo una selección de brotes, eliminando los de la base de las ramas, que salen continuamente, y podo muy corto. Las ramas que interesan se dejan alargar y se alambran con cuidado, ya que pueden quebrar, sobre todo en las intersecciones entre ramas. Hay que modelarlas cuando comienzan a lignificarse, y se dejan alargar para que ganen grosor.
 
El arrayán seguía sin brotar por la zona deseada del ápice, así que volví a retocar los cortes y aplicar pasta, y modelé las ramas que lo necesitaban.
 

Una nueva limpieza de corteza:


Y un pulido a los jines:



Y a dejarlo crecer!.
 

Esta semana me he dedicado a continuar con su modelado. Ya era hora de eliminar las dos gruesas ramas que se dejaron como seguridad, y de ir modelando las ramas que formarían el ápice. Finalmente la zona que se pretendía dejar como ápice terminó por secarse sin brotar, pero el pequeño brote de su base se había desarrollado bastante. El resto se trabajó como jin. Se eliminó una de las ramas bajas que nos ayudaban a enraizar, y de nuevo a dejarlo crecer.
 


Y eso es todo. El Arrayán "ELVEA" va tomando forma. La base ya está construida, ahora hay que ir refinando el modelado y aumentando el grosor de las ramas, y para eso es necesario un buen régimen de abonado y agua de calidad!.

Un saludo.

Juan Antonio Pérez.

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