lunes, 26 de febrero de 2018

Transplante y alambrado del Peral

Hola amigos.

Hoy toca una revisión a la evolución de este peral que comencé a trabajar en diciembre de 2009, regalo de mi amigo Domigo Rodríguez Ordoñez, y del que os hablé por primera vez en esta entrada:

http://carthago2009.blogspot.com.es/2013/01/cambio-de-diseno-un-peral-dominguero.html



 Durante los últimos 8 años he ido realizando unos trabajos periódicos consistentes en la eliminación de hojas un par de veces al año, alambrado y poda de nuevos crecimientos otro par de veces, y sobre todo, un buen régimen de abonado.

Uno de esos trabajos, tras eliminar las hojas que quedaban del otoño, lo muestro en estas imágenes:


Las ramas del peral son muy quebradizas, y hay que tener mucho cuidado al modelarlas, ya que quiebran de golpe y casi por completo, no se agrietan progresivamente. Algo parecido a lo que ocurre con las higueras.


Es preferible utilizar calibres de alambre algo más gruesos de lo necesario y mover muy cuidadosamente las ramas, sin arriesgar excesivamente. Siempre se parte alguna y da mucha rabia.


A primeros de mayo nos regalan sus flores, que salen de los gruesos botones que aparecen en los extremos de las ramas, por lo que la poda de invierno ha de tener esto en cuenta.



Las hojas son grandes, pero se pueden reducir. Después de la floración podemos hacer pinzados para aumentar la ramificación, y en junio podemos desfoliar. Si el clima es benigno, como el de Cádiz, y hemos desfoliado en junio, las hojas pueden persistir hasta enero en perfectas condiciones.


Yo aprovecho algunos años para eliminarlas y alambrar:


En julio de 2016 la ramificación ya comenzaba a formar una copa interesante:


Este mes de febrero, ya caídas todas las hojas, tocaba alambrar para seguir ordenando la ramificación, pero intentando mantener el máximo número de yemas terminales, por la futura floración, y aproveché también para realizar el trasplante a una maceta algo más profunda, una Yamaaki esmaltada de tono azul oscuro, de Toshio Kataoka. Una mayor cantidad de tierra de cultivo ayudará a ir madurando la ramificación de la copa.

 He utilizado alambre y tensores, por lo que os comento de lo quebradizas de las ramas. Ya vamos teniendo muchas ramas que harán que la copa se vea bien poblada de hojas esta primavera. 

La parte trasera:

Y el frente:


En determinadas especies, lo importante es la paciencia, y esta es una de ellas.

Un saludo.

Juan Antonio Pérez.

viernes, 23 de febrero de 2018

"El de Graná", un Prunus Mahalev con carácter.

Hola amigos.

Hoy toca presentaros un árbol con el que llevo peleando desde marzo de 2016, un Cerezo de Santa Lucía, Prunus mahalev de origen granaino.

Cuando me lo mandaron venía en una caja de madera que le venía muy justa. Me gusta ver que hay escondido bajo tierra antes de comenzar a diseñar un árbol, así que tras observarlo detenidamente para elegir el frente provisional, lo traspasé a una maceta lo suficientemente ancha para contenerlo. No se quejó mucho, pues la maceta era Seizan.

Lo que me atrajo desde el principio era la madera muerta que observáis en esta imagen inferior, con unos detalles de vejez increíbles. La madera es mi debilidad, ya me conocéis.


Era un cerezo muy masivo, y en mi cabeza comenzaba a trabajar ya la tenaza parte troncos y la gubia. Había muchos troncos que claramente no podría utilizar.

Los tocones de eliminar la copa original eran enormes, pero nada complicado de refinar.

Por la parte de atrás ya no era tan bonito. Una bola enorme que se tendría que eliminar. Hacia la izquierda se observa un tronco con más interés, con madera muerta natural, movimiento y conicidad.

Entró bien en la maceta, y de momento me limité a trasplantar, más adelante vendrían los trabajos de madera. Un buen sustrato para que no se frenara su fuerza y un buen régimen de abonado.


El frente elegido se veía algo condicionado por las dimensiones de la maceta, pero de momento el objetivo inicial era darle más anchura al árbol para que siguiera enraizando.


Éste es el punto de interés más importante del árbol, además de su magnífica corteza craquelada.


Siempre que tratas bien a un árbol, éste responde y te brinda una buena brotación. Dos meses después, en el mes de mayo:


Me decidí a comenzar con los trabajos de madera porque observé gomosis en algunas zonas, ésto muchas veces es causado por escarabajos, cuyas larvas se alimentan de la madera y provocan infecciones fúngicas por las galerías que excavan. Éstas larvas aparecieron al ir trabajando la enorme bola que se mostraba en la parte trasera, comienzo del trabajo de disimular los cortes de la antigua copa:


Con el objetivo de seguir buscando una imagen de tronco agradable, eliminé partes del mismo, todo con herramientas manuales, intentando conseguir texturas con las fibras rotas, nada de máquinas.




Algunos detalles del trabajo. Ya no está la desagradable bola en la parte trasera. Fui cuidadoso para respetar algunas raíces que había en la base y que alimentaban venas muy importantes.


De unos de los troncos originales ya solo queda la base, que de momento no eliminé.


Ya quedan menos defectos que eliminar, lo importante sigue estando en su sitio y ahora el paso siguiente es ir formando copa, las continuaciones de los dos troncos que se han dejado, pero dando movimiento en algunas zonas, para hacerlo más interesante. 


Quedaron pocas ramas, que se alambraron y posicionaron, ahora a seguir fortaleciéndolo. La parte trasera ha cambiado radicalmente:


En el frente también se saneó la vena viva para favorecer la formación de callo de cicatrización, y una rama que nacía en la parte baja del ápice de la derecha, se modeló para que fuese la continuación del tronco. Todas las ramas que podían aprovecharse se alambraron y modelaron ligeramente.


Los restos que se dejaron en la parte izquierda. Son difíciles de integrar en el futuro diseño:


También se retiraron algunas porciones de madera podrida y muy estropeada de la parte interesante del shari. Se conservaron los detalles más viejos, pero se hacía necesario tratar con polisulfuro.


Apliqué una dosis muy diluida, pero fui persistente en las zonas más difíciles de acceder y que podían estar más corrompidas.


En julio de 2016 nos muestra un crecimiento importante. Se desfolia parcialmente para favorecer la aparición de nuevos brotes traseros:


Y dejamos al árbol descansar de trabajos fuertes, solo nos centramos en el cultivo y en aumentar la ramificación con los pinzados. Dos años después del trasplante inicial, a finales de febrero de 2018 se realiza la eliminación de la zona defectuosa que quedaba en la base. 


Y para dejarlo listo para la nueva temporada de crecimiento que empieza a hacer despertar las yemas de este viejo cerezo "De Graná" se acomete un alambrado completo y modelado de las ramas disponibles. 


La madera se trata de nuevo con polisulfuro, esta vez he preferido aplicarlo al modo tradicional, humedeciendo a fondo la madera y aplicándolo puro, sobre la madera mojada.


El lateral derecho:


Una comparativa del estado inicial y del actual, dos años más tarde:


Y del frente, dos años más tarde:


De momento estoy contento con la evolución, ahora hay que seguir aumentando la ramificación y definir las masas que acompasen un tronco tan poderoso como el que tiene "El de Graná".

Un saludo.

Juan Antonio Pérez.

martes, 6 de febrero de 2018

Trasplante y alambrado del Volcán de Felix

Hola amigos.

Hace tiempo que no subía nada al blog, y para retomar el hilo he elegido un árbol con el que llevo trabajando desde enero de 2009.

Se trata de un trozo de pata de olivo de mi finca de Felix, en Almería. "El olivar" se llama, y quería tener un olivo de mi tierra trabajado como bonsái. 

Del fragmento mas grande ya os he hablado en más de una ocasión, ahora lo llamo "Aurora", anteriormente "Presumío":


Del trabajo inicial del Volcán os hable en esta entrada: 


Los últimos trabajos de alambrado en ambos os los mostré aquí:



Hoy toca ya ponerle una maceta de calidad al Volcán, eso me motiva más al trabajarlo, y he elegido una del maestro ceramista japonés Matsushita Reiji (Reihou). 

Repasemos un poco el camino de este bonsái desde que empezó como un trozo de cepa de olivo:


Tras plantarlo en una caja de frutas y comenzando a eliminar madera podrida y restos de tierra de campo que quedaba entre la madera:


Primera brotación:


Accidente que rompió la maceta en la que estaba plantado y que quebró el ápice que se llevaba formando en marzo de 2013:


Reconstruyendo el ápice y modificando madera muerta en enero de 2015:


Seis meses después:


Y llegamos a enero de este 2018. En estas imágenes ya había empezado a defoliarlo por completo. Lo suelo hacer para alambrar y trasplantar, y me va bien. Cosas del buen clima que tenemos en Cádiz.





Meterlo en esta maceta de 50 centímetros de ancho no me resultó fácil. Un poco de retoque en la madera muerta de la izquierda, dejando que sobresalga por encima del borde, me permitió encajarlo. Tiene bastante tierra de cultivo para seguir formado la copa, y ya lo puedo coger sin hacerme daño en la espalda, que es importante. 

Totalmente defoliado, y tras realizar una poda de ramas mal colocadas, estaba listo para alambrarlo por completo:


Antes de acometer el trabajo de modelado de la copa, repasé un poco la madera muerta. Pocas intervenciones, solo limpieza y aplicación de polisulfuro de cal para conservarla. Ya va teniendo una buena textura y no se nota nada del trabajo con gubias que se ha realizado en varias etapas.




Y en terminar el trabajo empleé un par de tardes poniendo alambres y algún tensor para colocar todas las ramitas en posición. 

Me gusta que la ramificación de mis olivos esté bien ordenada, y para llegar a ello hay que hacer muchos trabajos repetitivos de poda, defoliado, alambrado y modelado y ver el avance de los años en el diseño que uno imaginaba al principio. Modificaciones del diseño inicial nos permiten ir ajustando la imagen virtual a la real, que es la importante, y madurar junto con el árbol. 

¡Éste olivo lleva 9 años madurando conmigo!.







Ahora a seguir con el cultivo para terminar de formar la copa. Tal vez se necesiten otros 9 años, pero espero que el árbol madure como lo haré yo, y disfrutemos del camino, del Bonsái Do.


Un saludo.

Juan Antonio Pérez.

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