jueves, 26 de febrero de 2009

Entreteniéndome con una Thuja orientalis

Esta entrada trata sobre mi experiencia con las Thujas, una especie muy agradecida a la que me acerqué por primera vez a través de un ejemplar comprado en un vivero, allá por el año 2000.

Tenía un tronco de ciprés de un vecino que lo arrancó del jardín y opté por limpiarlo y aprovecharlo para engañar a la vista adaptándole ese arbolito. Era uno de mis primeros tanukis y ahora lo haría de forma totalmente distinta, pero de los errores es de donde más se aprende. Clavé el tronco del plantón con tornillos al tronco muerto y dejé unas cuantas ramas para situarlas dando una apariencia de árbol viejo. A los dos años, a base de pinzados, densifiqué mucho las ramas, como podéis ver en estas primeras fotografías:
En primavera del 2003 lo transplanté a un tiesto plano ovalado, para obligar a las raíces a crecer alrededor del tronco, y en noviembre aproveché para bajar un poco las ramas y dar carácter haciendo sharis en el tronco. Esta especie es increible, responde muy bien a las podas fuertes, y brota de manera explosiva tras esta operación. Se la puede dejar casi sin ramas, aunque yo siempre dejo un poco por donde quiero que siga brotando. Yo la pinzo continuamente durante toda la época de crecimiento y en otoño, cuando para, le hago un aclarado, para prepararla para la primavera.


Dos años después, en mayo de 2005, podé y transformé en jin la rama de la izquierda, que salía paralela a la principal, y que hasta ahora había ayudado a engordar el tronco. La fuerza de las ramas las vuelve a levantar, así que tuve que volvér a alambrarlas para bajarlas en varias ocasiones, e iba sustituyendo las puntas de las ramas para que fuesen ganando en conicidad.

A pesar del tiesto plano, resistió el accidente de riego, secó algunas ramitas, pero al llegar al Puerto estaba otra vez muy fuerte. Si la riegas mucho y la abonas en abundancia crece que da gusto, pero si se la dejas que se le seque la tierra bastante, no se resiente mucho. Es toda una superviviente.

En esta fotografía de febrero de 2007 podéis ver como había evolucionado en esos dos años y como con ayuda de tensores volví a bajar las ramas y a intentar definir pisos de vegetación en las pocas ramas de las que se disponía:

Algunos detalles de los sharis y del desgajado de las ramas para facilitar su bajada:

El nivel de poda de las ramas que se dejaron:



La base del plantón y como se iba pegando al tronco muerto. Hice sharis como pude por detrás del tronco para que el labio se pegara a la madera:


La rama apical con el shari:

Y en esta imagen podéis ver con que fuerza se recupera de esas operaciones tan drásticas, cinco meses después de la poda, y con continuos pinzados de los brotes para que densifiquen las ramas:

En noviembre de 2007, otro trabajo de aclarado y a bajar un poco las ramas de nuevo, ¡que cabezonas son, queriendo siempre subir!. La rama de la izquierda se acortó un poco y se planteó un ligero cambio en el ángulo de plantado, para dejar la copa más asimétrica:


Un detalle de la rama principal:

y de como iba abriendo sharis en las mismas:


El desgajado de otra rama, para dividirla en dos:


Y en marzo de 2008 le realicé un transplante para cambiarle la posición al nuevo diseño, en esta ocasión no fuí tan drástico con la poda, ya que las masas estaban bien establecidas, el árbol iba madurando:

Llegó septiembre, y finalmente opté por eliminar también la rama que salía a la izquierda, y que en un primer momento era una rama trasera:

y así la dejé tras un rato de pinzado con tijeras, la rama trasera la mostré un poco, como podéis apreciar:

Y llegamos a febrero de este año. No le tocaba, pero recoloqué la Thuja en este tiesto, que me quedó vacante, y que le va mas a este estilo de tronco erecto.
Como siempre digo, es mejor probar con ejemplares poco valiosos las técnicas, y cuando se dominan, plantearse abordar trabajos de más embergadura.
Es una especie que recomiendo para acercarse a las técnicas que podemos aplicar a otras coníferas de hoja escamosa, y que responde con mucho vigor, no siendo muy exigente en su cultivo.
Espero que os guste.
Un saludo.
Juan Antonio.

La primavera ha venido y nadie sabe como ha sido

Pues eso, por aquí en el Sur, la primavera está llamando a la puerta con fuerza, las caducifolias comienzan a brotar por doquier, los musgos muestran sus inhiestos esporofitos, las incipientes flores muestran sus encantos y todos nuestras plantas comienzan a vegetar con renovados ánimos.

Quiero mostraros algunas fotos macro que he realizado y que espero que os gusten, a mi, y no se si porque nací en esta época, cuando entramos en marzo se me renueva el espíritu y la sangre fluye con más fuerza (a veces con demasiada presión, je, je).














A disfrutar de vuestras plantas.
Un saludo.
Juan Antonio.

sábado, 21 de febrero de 2009

Otro Ficus retusa de un amigo

Esta es otra de esas historias donde el trabajo repetitivo sobre un árbol durante muchos años puede llevar a formar un bonsái.

Este Ficus retusa lo compró un amigo, profesor de Latín del IES San Isidoro, en el Corte Inglés de Murcia. Lo tuvo durante un año dentro de casa, sin transplantar, lo que lo fue debilitando, hasta el punto que cuando me lo trajo, la mayoría de sus ramas estaban muertas y sus hojas mostraban signos de podredumbre en las raíces.

Lo primero que hice fue transplantarlo en akadama mezclada con grava volcánica, y después lo dejé recuperarse durante un año.

Cuando comprobé que el Ficus había superado la crisis (que fuerza tiene esta especie), lo llevé al instituto para devolvérselo a su dueño, mi amigo Antonio, pero cuando lo vio tan recuperado temió volver a estropearlo y optó por regalármelo. Le dije que me lo quedaba para hacerle algunas reformas que le hacían falta y que cuando lo terminara se lo volvería a llevar.


Para subsanar los defectos que tenía, opté por podar el ápice demasiado recto y con una fea herida de poda y aprovechar algunas de las ramas para realizar autoinjertos por aproximación. La fea herida del corte del ápice la corregí también injertando una rama de la zona superior en el labio de la zona eliminada, la cual se fijó gracias a tiras de rafia. En total injerté tres ramas. De todos estos trabajos no conservo fotografías, ya que no era uno de mis árboles, pero si puedo mostraros como se encontraba el árbol un año después de realizar los injertos, una vez agarrados, en diciembre de 2003:


Habían pasado dos años desde el primer transplante, y quería comprobar como se iba desarrollando el sistema radicular, así que aproveché un tiesto que tenía disponible y transplanté. En esta ocasión pude hacer una buena poda, recortando las gruesas raíces que tenía y que en el primer transplante respeté para asegurarme que arraigara sin problemas. El nebari estaba muy bien, sin signos de podredumbre, lo cual me alegró. Este era el primer Ficus retusa que trabajaba, pero ya conocía el cultivo de otros ficus. Para finales de febrero, cuando el árbol empezaba a mostrar signos de despertar (estábamos en Cartagena), defolié por completo y alambré las ramas. Ya se comenzaba a ver el esqueleto de este bonsái:

En esta imagen puede verse como se bajó una rama de la zona apical para tapar la cicatriz del corte en el tronco:

Un año después, en enero de 2005 lucía este aspecto, y cumpliendo con mi palabra, se lo volví a ofrecer a su dueño, pero este prefirió que lo retuviese yo, ya que su afición por el bonsái había desaparecido. Como bien dicen nuestros refranes, "a caballo regalado no se le miran los dientes", así que este árbol pasó a formar parte de mi colección.



Ese año pospuse el defoliado hasta principios de abril, después de aprovechar los primeros crecimientos del año para fortalecerlo:


Defoliados es como se pueden observar con más comodidad las ramas de los ficus, y plantearse reformas:


Un mes después del defoliado:


y otros veinte días más, después de un pinzado de brotes:


Este ficus me ha proporcionado muchos momentos de relax. En verano, me llevaba a la Manga algunos de mis árboles, para tener algo con lo que entretenerme en los ratos muertos. Mirad que buenas vistas tenía desde mi terraza, todo paz y tranquilidad con el Mar Menor al fondo:



El 12 de agosto del 2005 lo había terminado de defoliar, como paso previo a un nuevo alambrado:


y este es el resultado:




Para el mes de noviembre se había vuelto a llenar de hojas y ramas nuevas, así que otro pequeño pinzado para mantener el contorno de la copa:


En marzo de 2006, otros dos años de cultivo, y me pareció el momento de buscarle un tiesto más plano y adecuado, así que me fui a su casa, El Corte Inglés, y le compré este tiesto esmaltado de color vino por solo 35 euros:



Podéis ver que me gusta plantar los árboles un poco altos y cubrirle el nebari de substrato, y como no los cultivaba para concursar, no tenía prisa en ir descubriendo poco a poco las raíces con ayuda de un palito. Un mes después, en abril, y una vez comprobado que no se había resentido del transplante, me dediqué a defoliar y alambrar de nuevo. El problema con los ficus es que si dejas el alambre mucho tiempo, deja feas marcas en la corteza, y si lo quitas pronto, las ramas vuelven a su posición original, más o menos, así que hay que ir poniendo y quitando alambres durante toda la temporada.







Un mes después:




Este fue otro de los árboles que sobrevivió al accidente de riego que tanto os he comentado, secó las puntas de las ramas y muchas de ellas tuve que rehacerlas desde cero, pero se trata de una especie muy fuerte y en poco tiempo había recuperado gran parte de su porte. Julio del 2007:
En septiembre de 2007, un nuevo pinzado para aclarar la copa y que la luz entre sin problemas en el interior de la copa:


A finales de enero de 2008 defolié por completo para alambrar todas las ramas:

y me planteé levantar un poco el árbol hacia la derecha, para bajar la rama principal y centrar en el nebari el ápice:

Algunos detalles de la ramificación apical:

y la rama de contrapeso:

A primeros de marzo comienza a despertar:

Y en mayo de 2008, con un poco de aclarado de hojas:

Julio de 2008, antes de defoliar:

y tras unos pequeños retoques:

Aproveché para ir descubriendo más el nebari:

Octubre, último aclarado y pinzado del año:

Y llegamos a este año, a este mes de enero pasado, un poco de defoliado y pinzado para preparar la nueva estación de crecimiento:





Este ficus ya tiene un poco más de densidad, y creo que en este año tendré la copa casi terminada.
Estoy contento del resultado, más partiendo de un tronco casi pelado, y es más, ha sido mi introductor en el cultivo de esta especie.
Espero que os sirva de inspiración.
Un saludo.

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