Hola amigos, con algo de retraso os voy a subir el trabajo previo y la demostración que realicé a un Mirto en la II exposición de bonsáis que se realizó en los viveros Rivera Garden, de Chipiona, promovida por Jerónimo Campoy, propietario también de dicho Mirto.
Este es el ejemplar que Jerónimo adquirió en dicho vivero para que realizara la demostración, un gran Mirto (Mirtus comunis), que lucía espléndido, aunque bajo mi punto de vista, con una estructura muy simplona, muy comercial. Es muy llamativo a primera vista, pero presenta muchas deficiencias que había que subsanar:
Lo más llamativo se encontraba en la parte inferior del árbol, la viejísima madera carcomida y putrefacta que había que resaltar:
El primer problema que tenía que solucionar era el del substrato que había en la base del árbol y que era el responsable de la muerte de gran parte de las venas vivas que tenía el Mirto. Estos ejemplares son extraídos del campo, donde se engordan o recuperan y sin eliminar por completo la tierra del campo los colocan en los tiestos de bonsái. La estructura de los mismos es bastante sencilla, podándolos a masas en plan seto. La tierra de campo es muy arcillosa y se apelmaza, con lo que las raíces de la base mueren y con ellas también van muriendo las venas que alimentan, por lo que poco a poco nos vamos quedando sin parte viva y vamos perdiendo esas grandes masas de verde tan compactas.
Así que armado con un par de palillos de bambú fui eliminando poco a poco el substrato de la base y substituyéndolo por una mezcla de grano medio de akadama y volcánica.
En esta imagen podéis ver la poca cantidad de raíces que existen en la base del árbol. Opté por no realizar un transplante completo al tener que trabajarlo en la exposición, y como el substrato de relleno no era demasiado malo, ya se substituiría en el siguiente transplante, cuando pasen al menos dos años.
Colocado el nuevo substrato. La operación la fui realizando por zonas, poco a poco y sin prisas, como deben hacerse los trabajos, o como a mi me gusta hacerlos, en casa. Faltaban dos semanas para la demostración, y de momento se había parado la caída de hojas que observamos al traer el primer día el árbol a casa.
A por otra zona:
En los bordes eliminé solo un par de dedos de profundidad, mientras que en la parte inferior del tronco penetré hasta casi la base de la maceta, de esta forma me aseguraba de que el Mirto tuviese raíces en la periferia del tiesto y que la operación no fuera traumática para el mismo.
Sustituido el substrato de la base del árbol, la segunda operación que realicé en casa fue la limpieza de la madera. Primero con la pistola de agua a presión, y después con ayuda de pequeñas gubias, fui eliminando la corteza muerta y las zonas donde la podredumbre había ido debilitando la madera.
Con este trabajo también te fijas en detalle en la madera muerta, por lo que puedes descubrir defectos. En este caso, la parte izquierda de una antigua raíz esta quebrada, permanecía junta, pero a la más leve brisa o toque con la mano. se abría y amenazaba con romper gran parte de la madera muerta, así que apliqué un poco de cola de carpintero, presioné, y apliqué un poco de serrín para disimular la reparación:
En la parte trasera también había una larga raja que había que reparar, por lo que apliqué el mismo procedimiento:
Un alambre de aluminio ayuda a mantener las dos zonas unidas mientras se completa el proceso de pegado:
Analizando el posible diseño a aplicar en la demostración, pensé que esta impresionante madera muerta debería realzarse más, y estudiando las tres masas de verde disponibles, observé que la masa central estaba alimentada por una raíz flotante, conectada únicamente a la madera por una pequeña zona, así que opté por extraer toda esa masa y quedarme con un árbol más compacto, más acorde con el diseño que tenía pensado. Con esta única operación la imagen del Mirto cambiaba completamente. Esta es la parte trasera, impresiona, ¿a que sí?:
El porqué de ser la anterior la parte trasera, solo una pequeña rama debilitada quedaba hacia el frente anterior (izquierda), y todo el Mirto se desplazaba hacia la derecha, el frente original:
Tras un buen cepillado con nylon y agua, y el retoque en algunos cortes bastos con ayuda de mi gubia circular y la dremel, había que detener la pudrición de la madera restante, por lo que apliqué una buena capa de polisulfuro de cal, yo uso el de la marca Asocoa, que se utiliza como insecticida biológico y que es bastante barato. Antes me lo fabricaba yo mismo, pero no merece la pena el trabajo, dado el poco precio que hay que pagar por un litro.
La madera de la parte trasera me encanta, pero al no ser una planta de mi propiedad, no quise ser demasiado drástico en el diseño:
El otro lateral:
y del lateral izquierdo:
Y unas vistas apicales antes de la demostración:
El sábado 24 de abril, por la tarde, acudió bastante público a la demostración, y durante la misma, con ayuda de unos paneles confeccionados por Jerónimo, expliqué estos trabajos previos y que trabajos quedaban por hacer en esta fase del modelado, que consistieron en levantar con ayuda de una barra de hierro y tensores de cobre la parte terminal del árbol, y con ayuda del alambrado, ir redistribuyendo las ramas disponibles, creando espacios y organizando la ramificación fina, muy desordenada y con verde solo en las puntas. También se realizó una poda de estructuración, preparando las ramas para el alambrado.
Me centré en el trabajo completo de una rama, la trasera, explicando con detalle el proceso de poda y el alambrado, el porqué de cada intervención y el como solucionar los problemas que se van presentando en el proceso. El tiempo para la demostración era escaso, y el trabajo a realizar muy minucioso y delicado, con peligro de romper las finas ramas, así que el resto de la demostración la dediqué a preparar con los alambres más gruesos las ramas principales, dejando para el domingo por la mañana el trabajo con la ramificación fina. Así quedó tras la primera intervención:
Al ápice le quedaba mucho por modelar:
Y la rama de la derecha, muy baja, debía alambrarse por completo:
Una vista apical del trabajo realizado a la rama trasera:
La rama de la derecha sin alambrar, solo podada:
El domingo por la mañana me fuí para el Vivero Rivera temprano, y con menos público, y sin tener que entretenerme en las explicaciones, terminé el alambrado de todas las ramitas finas. Algunos amigos me acompañaron, y poco a poco, el público asistente que acudía a la exposición se iba quedando a contemplar el trabajo, pero en un par de horas todas las ramas terminaron en su sitio:Aquí mi amigo Domingo, de Chipiona, me hacía compañía a primera hora de la mañana. Yo estaba aplicado en el alambrado de la primera rama:
Y el trabajo terminado. Vamos a darle un paseo. El ápice y la zona superior. Esta zona hay que dejar que crezca bastante para que la altura del conjunto sea algo mayor. Ahora, con la zona clareada y eliminadas las ramas innecesarias, se fortalecerá con un buen cultivo.
La rama trasera. Algunas de las ramas de la parte superior han de dejarse crecer para ir construyendo diferentes pisos escalonados que se sitúen entre ella y la zona apical.
La rama de la izquierda, distribuida para que toda la luz llegue a la zona interior y crezcan hojas donde antes no existían. El aclarado general permitirá que crezcan brotes traseros que deben ir seleccionándose para aumentar el volumen.
Y una vista apical. Ahora no se ve tan compacto, pero si os fijáis, la ramificación se ha dirigido en todas direcciones, para que la luz llegue sin problemas todas partes:
Una vista general del Mirto. Ahora son necesarios varios años de cultivo para que se fortalezca y para realizarle sin problemas un transplante a fondo, donde se trabaje bien el sistema radical: