Y aunque pensaba dejarlo crecer libremente, no me he podido resistir y he eliminado brotes mal situados, he bajado con alambre los nuevos brotes, y he recortado algo los brotes del ápice, que tiene mayor grosor en su base que los inferiores:
jueves, 31 de marzo de 2011
Tomillo San Cristobal II
Hola de nuevo. Como os prometí ayer, os subo una imagen actualizada del Tomillo. Como recordatorio. así comenzó su andadura como bonsái: Y ese era su estado esta mañana, como os dije, está creciendo con fuerza:
miércoles, 30 de marzo de 2011
Tomillo San Cristobal
Hola amigos,
tras el lapsus evaluatorio, de nuevo con vosotros, esta vez para mostraros mis primeras experiencias en el cultivo y diseño de una especie muy mediterránea, el tomillo (Thymus vulgaris).
Este arbusto aromático me había atraído siempre por su olor, su floración y sus maderas retorcidas y formadas de múltiples vetas, que le confieren un aspecto de vejez impresionante. Sabéis los asiduos a este blog que me pirran los romeros, y sin embargo no había probado nunca con tomillos. Mi amigo Gabi Cruz, de la Asociación Bonsái Oriente de Almería, me metió el gusanillo en el cuerpo al mostrarme hace tiempo algunos que llevaba trabajando varios años, y aunque la prensa que tienen no es muy favorable, sobre todo por lo delicado de sus transplantes, o eso se decía, a él le iba estupendamente en su cultivo y formación.
En una excursión a una antigua cantera de arenisca situada en el Cerro de San Cristobal, por aquí en el Puerto, mis amigos Rosendo y Antonio me mostraron algunos pequeños ejemplares con mucho potencial. Recogimos algunos por el mes de febrero del 2010, y yo me fijé en un ejemplar algo mayor situado en un cortado de la cantera, creciendo entre los restos alterados de esta arenisca. Por el tamaño y grosor del tronco debía llevar creciendo bastantes años, subsistiendo en condiciones muy precarias, medio caído, pero con unas buenas raíces que penetraban entre la arenisca degradada.
Rosendo y yo nos pusimos manos a la obra y rápidamente fue extraído del suelo con una buena cantidad de raíces finas. De esto tiene mucha culpa el substrato arenoso en el que crecía. Otros tomillos suelen crecer entre rocas calizas y son casi irrecuperables al romperse las raíces durante la extracción.
Al llegar a casa eliminé toda la arena sacudiendo la planta, sin lavar por agua por lo de conservar las micorrizas, y la planté en mi substrato estandar, akadama al 50% con arena del monte Fuji, menos porosa que la roja que usamos habitualmente por el sur. Este es el formidable aspecto del tomillo tras plantarlo en la posición aproximada en la que crecía en el cortado de la cantera:
Una muestra del substrato utilizado y de la sujeción de la planta para que todas las raíces estuvieran cubiertas por el mismo. En este primer momento lo único importante era asegurarse que el enraizamiento fuese adecuado.
Para que estuvieran compensadas copa y sistema radical presente, opté por eliminar gran parte de las ramas existentes, así no habría tanta demanda de agua y tan poco aporte por las raíces:
Cinco meses más tarde, por el mes de julio, el tomillo había crecido sin problemas, y comencé a eliminar lo accesorio, y a trabajar parte de la madera de los cortes realizados. Si os fijáis con detenimiento observaréis que había eliminado la gruesa rama central y me había quedado con dos ramas gruesas para comenzar a pensar en el futuro diseño. Estos yamadoris son como son, y hay que darles muchas vueltas y verlos día a día para imaginar como pueden evolucionar mejor, qué aprovechar en el diseño y qué descartar. Por otra parte, las gruesas ramas son casi inamovibles, y siempre es preferible comenzar con brotes tiernos, fácilmente dirigibles con el alambrado.
En esta imagen lateral podéis comprobar que lo que aproveché era lo que más movimiento tenía, y evité quedarme con largos tramos rectos. Lógicamente esto viene condicionado por la brotación nueva, por su posición. En algunas partes dejé más de lo normal para no debilitar en exceso a la planta. Tened en cuenta que es uno de mis primeros tomillos, y es lo que decimos la fase experimental.
En el mes de diciembre el tomillo se había recuperado un poco, y decidí darle otro apretón, así que opté por replantarlo y levantarlo un poco. Cuestión de diseño. Ya se, demasiados trabajos seguidos, pero es que el tomillo estaba respondiendo muy bien, y hasta que no lo veo encaminado no suelo dejar en paz a un arbolito. Finalmente como podéis comprobar eliminé la vegetación de la gruesa rama inferior, quedándome con un solo ápice, el que imprimía mayor movimiento:
Así que a extraerlo del tiesto y a trabajarle un poco las raíces, eliminando las mal situadas. El año anterior no toqué ninguna, así que había muchas defectuosas, otras muy gruesas y otras muy largas:
Un pequeño giro y algunas raíces demasiado gruesas que no me decidí a eliminar de momento:
El lateral derecho:
La prueba de que el tomillo no se vio afectado en exceso por tanta manipulación la tenéis en esta imagen de febrero de 2011. Lo difícil fue sujetarlo en esta posición, un alambre grueso en la base y un palillo en el lateral me ayudaron:
Y como seguía respondiendo bien, un nuevo apretón. En esta ocasión eliminé otra de las ramas bajas, acorté la rama principal para ir dando conicidad, me quedé con las mínimas ramitas mejor situadas entre las disponibles en el ápice y un poquito de alambre de cobre del más fino me ayudaron a dar algo de movimiento:
La parte trasera. La madera muerta realizada y el movimiento del ápice hacia el frente descartaron esta vista para el diseño.
Y para rematar la faena, una meticulosa limpieza de restos de corteza de las ramas podadas en los trabajos anteriores, un cepillado suave con dremel y cepillo de latón y un poco de polisulfuro para que resalte más la madera muerta. Y ahora sí que le ha llegado el momento de descansar una buena temporada. Demasiadas intervenciones en un solo año.
Pensaréis que ha sido excesivo, pero si lo hubiese realizado todo de golpe cuando lo recuperé tal vez ahora no tendría tomillo. Si embargo, como os mostraré mañana, este ejemplar tiene muchas ganas de vivir, y creo haber encontrado un posible diseño que me satisfaga.
Un saludo y ánimo con nuestras especies mediterráneas.
Juan Antonio Pérez.
jueves, 24 de marzo de 2011
52000 gracias
Hola amigos,
esta es una entrada para agradeceros personalmente vuestro seguimiento desde que comencé con este blog, hace ya más de dos años. Nada mejor que un buen trago de brut nature rosado.
Gracias a todos.
esta es una entrada para agradeceros personalmente vuestro seguimiento desde que comencé con este blog, hace ya más de dos años. Nada mejor que un buen trago de brut nature rosado.
Gracias a todos.
Para que os hagáis una idea de la difusión, os pongo unas gráficas y otras tablas de datos, en total el blog ha tenido visitantes de casi 100 países, algo totalmente inesperado para mí, que pensaba que su difusión sería más limitada.
Muchas gracias de nuevo y seguiremos en la brecha.
Un saludo.
Juan Antonio Pérez.
sábado, 19 de marzo de 2011
Retorciendo un itoigawa
Hola amigos,
En el mes de abril comencé a realizarle a la base un shari, a los restos de la poda de las ramas bajas aún no les había realizado ningún trabajo:
la historia de este enebro chino itoigawa comienza cuando lo adquiero en un comercio para adaptarlo a un gran tronco de enebro macrocarpa que encontré en las calas de cabo Roche, un esqueleto resultado de uno de los muchos incendios que asolaron este espectacular paraje gaditano.
Lo adquirí porque tenía unas ramas muy alargadas que me permitieron adaptárselas a este madero, no tenía más interés, y además, me salió muy barato.
Los restos de poda de ramas también fueron aprovechados para hacer esquejes, y el resultado del acoplamiento lo tenéis aquí. Os lo muestro para que veáis como era la base del mismo, que ha sido el tronco del bonsái que os presento. Tenía un par de curvas interesantes en la base y se adivinaba su origen como esqueje, sometido a varias torsiones para hacer interesante la base:
Eliminando la corteza viva es como comienza a verse el recorrido de las vetas de la madera, y en esta imagen podéis ver que el esqueje original había sido retorcido bastante:
Ya tenía pensado separar la base para hacer un shohin, y dejé una de las ramas bajas para formar más adelante la copa del bonsái:
Mientras tanto, las largas ramas comenzaron a trabajarse para ir mejorando el tanuki. Lo que realmente impresiona es ese tronco:
Un poquito de alambre me permitió ir doblando poco a poco esa rama, futura copa del bonsái:
En julio de 2010 separé la base del resto del tanuki, y comenzó su modelado independiente. Como siempre, aprovecho hasta la propia maceta madre para realizar esquejes de esta misma variedad. Si se hacen en la época adecuada, con Tª superiores a los 25ºC, agarran casi todos:
Con un alambrado de las ramas principales y unos cuantos tensores fui doblando esa única rama para hacer más compacto el árbol, y tener ya una idea de como sería el futuro shohín:
Redistribuí toda las ramitas para que recibieran el máximo de luz y se fuesen situando en su posición definitiva:
La parte trasera no estaba mal como frente, y estuve dudando de utilizarla por la curvatura del tronco, pero la vena zigzageante del otro lado era más interesante:
Más o menos se situaron las ramas principales y se dejó descansar:
En el mes de noviembre había densificado un poco, y llegó el momento de limpiar la madera, ampliando el shari y delimitando la vena viva:
Para poder limpiar bien la madera, eliminé la ramificación innecesaria y limpié la base de los brotes. El trabajo lo realicé con tenazas, alicates y la técnica si-diao:
Un apretón más a la rama retorcida del ápice para compactar y a resituar un poco la ramificación con ayuda de tensores, en el caso de la rama en cascada:
La vena viva se retuerce de manera espectacular, y para hacerla mas patente eliminé zonas de corteza viva que no seguían el camino marcado por la vena principal:
En la zona trasera es donde más corteza eliminé. En esta imagen se aprecia el nivel de compactación de la primitiva rama recta:
Una vista del lado derecho de la copa:
A finales de febrero opté por ubicar a este itoigawa en una maceta algo más acorde con su modelado, y elegí una de las kuramas que tengo de María José González. Ahora hay que dejarlo descansar toda una temporada de crecimiento antes de seguir definiendo la copa y las ramas en cascada, pero estoy contento con el resultado.
Y eso es todo, tras tres años conmigo este itoigawa ha prosperado, se ha transformado y me ha proporcionado mucho material para seguir entreteniéndome en los siguientes años en forma de clones obtenidos por esqueje.
Un saludo.
Juan Antonio.
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