Tras un pequeño descanso en la actualización del blog por motivos laborales, paso a mostraros los trabajos que he realizado este fin de semana con una madreselva (Lonicera etrusca), que me ha regalado mi buen amigo Rosendo, de procedencia Yamadori de jardín.
La madreselva es un arbusto que tiene la madera más bien blanda, pero que si se encuentra en un terreno fértil, puede crecer bastante. No se los años que llevaba creciendo esta en un jardín, pero por el diámetro del tronco no creo que sean menos de 100 años.
Podéis observar el principal atractivo de esta especie, sus aromáticas flores.
Podéis observar el principal atractivo de esta especie, sus aromáticas flores.
Aquí tenéis el ejemplar en cuestión, antes de realizarle los trabajos en madera que os muestro a continuación. Lleva por lo menos dos años recuperada, si no me equivoco, y había secado muchas de las ramitas que emitió, por lo que lo primero que me propuse fué limpiar la madera y delimitar las venas vivas, procediendo después a transplantarla a un buen substrato de cultivo.
Aquí podéis ver los enormes tocones resultado de la poda previa a la extracción:
En la zona apical había un tirabuzón formado por el entrelazado de dos ramas:
Había bastantes ramitas, pero muchas de ellas muy bajas, que había que eliminar:
En la zona apical había un tirabuzón formado por el entrelazado de dos ramas:
Había bastantes ramitas, pero muchas de ellas muy bajas, que había que eliminar:
Otra vista de un tocón existente en la base:
y el movimiento de las venas que se abrazan:
Un primer trabajo a base de gubia manual y maza, ayudado en determinadas ocasiones por las tenazas partetroncos, deja ver que hay tres venas vivas que se pueden aprovechar para el diseño:
Un trabajo más concienzudo: se elimina ese rabo de cerdo del ápice, dejando solo un pequeño tirabuzón, y se perfilan bien los jjines de la base. Ahora llega el momento de los cepillos a máquina y a mano, ya que el trabajo con estas primeras herramientas es muy basto, y hay que pulirlo.
Os muestro algunos detalles de los tocones trabajados con las gubias de mano :
Tras el trabajo con la proxom (similar a la dremel), que se realiza con una fresa circular en la dirección de la veta:
Me dedico a quemar con soplete todas las hebras que quedan. Con esta técnica también se endurece un poco la madera y se saca algo de veta, al cepillar después con cepillos metálicos, manuales o eléctricos:
Algunos detalles del trabajo con el soplete:
Tras humedecer bien la madera, se aplica caldo sulfocálcico y se procede a transplantar a un tiesto de cultivo, que me realizó mi amiga Francisca Martínez hace ya unos cuantos años: