lunes, 12 de diciembre de 2011

Limpieza de madera y definición de vena viva de la Vid centenaria

Hola amigos.

Un poco de tarea con los exámenes de final de trimestre me han apartado un poco del blog, pero vamos a retomarlo con el trabajo que he realizado limpiando la madera muerta y definiendo la vena viva de esta magnífica Vid centenaria que os mostré en junio de 2003:


Éste año lo he dedicado a fortalecerla, dejándola crecer libremente sin podar ningún brote. Respondió muy bien en un principio, por la savia que había acumulado, pero luego se paró un poco y retiró savia de algunas zonas, secando algún brote. Sin embargo, el único brote que le quedó tiró muy bien, y tuve que enrollarlo varias veces sobre el tronco para que no se partiera. El 27 de junio, un año después del primer trabajo lucía así:



Para ir dando movimiento al nacimiento de los brotes eliminé las hojas de la base de las ramas y alambré con aluminio. Si alambramos en verde prevenimos roturas, ya que en cuanto empiezan a lignificar se quiebran al torsionarlas.




Un detalle de los brotes que sacó esta vieja vid ya alambrados:

Durante el verano secó los brotes apicales y solo quedó este, que sí seguía creciendo con fuerza (mes de septiembre):



Aquí podéis ver el único brote doblado sobre sí mismo, dejado crecer libremente. Algunas hojas ya empezaban a estropearse. Las vides, como seguramente sabéis son atacadas con facilidad por muchos hongos. Yo preventivamente trato con fungicida y aplico cobre un par de veces al año, pero a pesar de todo, las hojas se estropean:



Y llegamos al mes de septiembre y a la sesión de limpieza que realicé en compañía de mis alumnos de 1º y 2º de bachillerato:
Les comienzo enseñando el uso de las herramientas manuales (cepillos de alambre, de plástico, escalpelos y herramientas de dentista para eliminar la suciedad entre las pequeñas grietas) y después pasamos a la dremel y los cepillos rotatorios. Como podéis comprobar se lo pasan de miedo a pesar de estar mas apretados que piojos en costura. Tras estas sesiones de limpieza la dejamos así:

Había zonas en las que a pesar de los cepillos los viejos restos de corteza no se desprendieron bien y tuve que utilizar la fresa rotatoria de carburo de tungsteno, que sí que los elimina perfectamente:
Aquí podéis ver una extraña vena que se daba la vuelta y regresaba hacia la base, pero que a los pocos centímetros estaba seca. De momento he dejado el pequeño resto por si brota, que lo veo raro ya que no se aprecian yemas durmientes:
Y tras terminar de limpiar la madera muerta, me dediqué a perfilar la vena viva y a cepillarla bien. Después apliqué un poco de aceite de oliva para resaltar el color rojizo y proteger de manchas accidentales de polisulfuro. Como este tiene base acuosa, no se corre hacia la vena viva protegida con aceite, y si cae una gota, con un paño se quita bien.

En la entrada anterior os mostré varias posibilidades de diseño, y ahora, estudiando de nuevo la vena viva y el movimiento de la madera, he optado por cambiar a un diseño en semicascada, para lo que he bajado la punta del tronco con ayuda de un tensor y la he separado un poco del resto del tronco con ayuda de un palillo:
Unas cuantas imágenes del trabajo desde diferentes ángulos:
Por la parte trasera casi no se ve la vena viva:

Éste ángulo os muestra como bajé y adelanté la parte final del tronco y como he alambrado el único brote disponible. Le he dado unas cuantas curvas con ayuda de un alambre del 3,5 y lo he dejado largo de más. Ahora me interesa que aumente la ramificación, no la fructificación, para lo que tendría que haber podado a dos yemas:
En esta imagen se aprecia como ha engordado la vena viva en comparación con parte de la vena que retiró savia:

Aquí apreciamos como todo el tronco está ahuecado por la acción de las termitas, que han realizado un trabajo de talla irrepetible. Es una auténtica filigrana:

Ésta vista, girándola un poco, también es muy sugerente:


Después del trabajo me entretuve en imaginar posibles diseños, inclinando la maceta, cambiando el frente, bajando más la rama, etc... Esta vista no me disgusta, pero ¡hay tantas posibilidades!

Otro ángulo:

Una ligera variación, cualquier posibilidad es admitida, veremos con cual me quedo en un futuro:

De momento me voy decidiendo por este frente, más recogido en la parte superior y la rama colgando hacia la izquierda, aunque ligeramente adelantada:

Y eso es todo de momento.

Ya iremos viendo como evoluciona. Esta primavera examinaré la maceta superior para plantearme si corto directamente, acodo o injerto raíces. Os lo mostraré.

Un saludo.

Juan Antonio Pérez.

jueves, 1 de diciembre de 2011

El Juníperus phoenicea marítima de Rosendo

Hola amigos,


voy a mostraros, como os prometí, la evolución de la sabina phoenicia marítima que trabajé en el taller con Luís Vila.

En octubre de 2009 comencé a limpiarlo y a seleccionar las ramas que podrían utilizarse para su modelado. Estas sabinas las recupera Rosendo con la técnica del tubo, y las deja en la misma arena en la que crecen hasta que se recuperan. Es un sustrato muy drenante, pero poco adecuado para conseguir una buena ramificación. El resultado de dejarla crecer a su aire es que va perdiendo las ramitas interiores y crece sobre todo en los extremos de las ramas:

No había muchas ramas aprovechables, y el movimiento del tronco tampoco era muy llamativo:

Lo primero que hice fue buscar el nebari, y de momento parecía prometer:

Se eliminaron en un primer momento las ramas peor posicionadas, aunque se dejaron muchos brotes para no debilitarla mucho. No sabía yo la fuerza que tienen estas sabinas y lo bien que brotan desde atrás. Por detrás de la sabina se intuye la presencia de mi amigo Gonzálo, de las asociación El Taray:


Estas ramas fueron las que se salvaron, y comencé a hacer madera muerta y a modelar un poco las ramas supervivientes. Al bajarle las puntas de las ramas se intentaba potenciar la brotación trasera:

Llegado el mes de febrero de 2010 me decidí a trasplantarla a un substrato más adecuado, akadama y arena volcánica al 50%, mi substrato estándar:


El frente anterior fue el que me pareció más apropiado entonces, y la parte trasera la tenéis aquí:

Llegados a octubre de 2010, un año después de que me la regalaran, el crecimiento era muy vigoroso, es una especie que está muy bien adaptada a nuestro clima, y agradece un buen riego, un abonado continuo (a base de biogold), un riego moderado y buenas pulverizaciones foliares, y una situación a pleno sol:

Una nueva poda para seguir retrasando la ramificación y un poco de alambre para ir distribuyéndola adecuadamente para que reciba bien la luz solar. El pinzado lo realizo con tijeras, aunque a veces pinzo con los dedos los extremos de las ramas demasiado alargados. Nunca pinzo ramas que saquen hojas en aguja, espero a que salgan las hojas en escama:


Y pasó un nuevo año. En marzo de 2011 ya se había fortalecido bastante y el diseño necesitaba una nueva perspectiva. Ver muchas veces los árboles en los estantes te ayuda a imaginar como pueden evolucionar y qué podemos hacer para mejorarlos. Con esta sabina, pensé en hacer un bunjin con mucha madera muerta, así que eliminé la antigua rama apical y con la primera rama de la derecha rehice la copa. De momento el trabajo con la madera se hizo de manera basta, pero con herramientas manuales (técnica si-diao), arrancando hebras de madera para dar textura. Se dejó secar antes de aplicar polisulfuro.


Un detalle del trabajo. De momento no se ha cepillado para eliminar las hebras sueltas, a la espera de que la madera se secara del todo. El primer alambrado pretendió dar forma a las futuras ramas principales del bonsái:


Ésta imagen corresponde al resultado del trabajo en el taller con Luís. Éste consistió principalmente en un nuevo alambrado, ésta vez con cobre, y una redistribución de ramas. La posición de plantado era la pensada en el diseño de marzo, pero la densificación en 7 meses es muy importante. Es una especie muy fuerte:

La parte trasera:


Rosendo transplanta las sabinas en esta época, y esta necesitaba colocarla ya en su posición definitiva. Así que la saqué de su tiesto para comprobar el estado de las raíces y comencé a desenredar y cortar aproximadamente un tercio del cepellón:


Un buen paquete de raíces se eliminó, como podéis comprobar en esta imagen:


Eliminé substrato de la parte superior, eliminando los restos acumulados de abono, y recorté un tercio de los laterales y del fondo:


La parte baja del cepellón:


Y la sabina phoenicia ya bien plantada en su tiesto de cultivo. De momento la dejaré en este tiesto para que siga creciendo con fuerza y en unos años le buscaré un tiesto más adecuado:

En el nebari hay una raíz muy fuerte que habrá que arreglar en futuros transplantes. Poco a poco la iré debilitando, pero eso será más adelante.


Una vista trasera del nebari:

Y para terminar, unas cuantas vistas del árbol tras estos trabajos. Vista lateral derecha:


Vista trasera:


Lateral izquierdo:

Vista de pájaro:


Y el frente actual:


Éste tipo de trabajos es el que más me gusta. Intentar sacar algo decente de un material poco prometedor. Trabajar árboles con buenos troncos a los que solo tenemos que formar ramas y masas de verde es más fácil, lo complejo creo que es intentar sacar el árbol escondido que hay tras un plantón o un material poco llamativo.




Un saludo.




Juan Antonio.

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