"En la mitología griega Hermes (en griego antiguo Έρμῆς) es el dios olímpico de las fronteras y los viajeros que las cruzan, de los pastores y las vacadas, de los oradores y el ingenio, de los literatos y poetas, del atletismo, de los pesos y medidas, de los inventos y el comercio en general, de la astucia de los ladrones y los mentirosos.[1] El himno homérico a Hermes le invoca como el «de multiforme ingenio (polytropos), de astutos pensamientos, ladrón, cuatrero de bueyes, jefe de los sueños, espía nocturno, guardián de las puertas, que muy pronto habría de hacer alarde de gloriosas hazañas ante los inmortales dioses.»
Sí, eso dice la wikipedia cuando uno quiere recordar a los personajes de la mitología griega, pero cuando pronuncio su nombre a mi me viene inmediatamente a la cabeza una imagen muy distinta, la de un buen amigo y compañero de afición y profesión, que cuando peor lo estaba pasando por la muerte de muchos de mis árboles me sorprendió con dos magníficos regalos. Se trata de una aficionado de muy largo recorrido en el mundo del bonsái, algunos hemos visto sus árboles en eventos importantes, como el europeo de San Marino, y es ante todo, una buena persona, MI AMIGO FELIPE DEVESA BATALLER.
El ponerle el nombre de su muy querido perro, ya fallecido, a este árbol, es un homenaje a este amigo y a su bondad.
Bueno, dejémonos ya de sentimentalismos y vamos a lo que os interesa, al bonsái.
Esta primera fotografía la hice cuando me dí cuenta de que me había dejado llevar de la emoción y estaba alambrando el árbol sin haberle realizado la instantánea de rigor:
Se trata de un olivo de campo (Olea europaea), de los muchos que hay por nuestra geografía, pero con una madera natural muy atractiva. Por lo que me comentó Felipe, no se trataba de un acodo aéreo, de los que él acostumbra a hacer en olivos de campo, era un ejemplar individual completo. Os enseño algunas vistas de este fenomenal regalo, perfectamente enraizado y listo para darle mi toque personal. No sería de bien nacido no reconocer que la idea y el trabajo inicial de este ejemplar es obra de Felipe, yo me he limitado a pulirle algunos detalles y a resaltar aún más las virtudes que él había encontrado en este viejo olivo.
Lo que más destaca es el magnífico ten-jin, con detalles naturales difícilmente imitables:
Lo que más destaca es el magnífico ten-jin, con detalles naturales difícilmente imitables:
Uno de los aspectos a mejorar, el aspecto plano del tachiagari en su parte frontal. Aquí ya había quitado algunos restos de corteza que permanecían adheridos a la madera:
Una vuelta completa alrededor del olivo para apreciar todo su movimiento, bajé las ramas para imaginar que diseño aplicar:
Aproveché casi todas las ramas disponibles, y modelé una copa hacia la derecha, doblando la rama más gruesa hacia el dorso y distribuyendo las subramas en distintos niveles, con la idea de dar profundidad y que las puntas de las ramas aparezcan conforme crezcan por la izquierda de la parte media del ten-jin. Así quedó tras este mi primer trabajo de modelado en el olivo. Ahora, sin el estorbo de las ramas, me podía dedicar a limpiar la madera y a delimitar la vena viva, retirando los restos de corteza muerta.
Ya definidas las líneas maestras para la construcción de las ramas, me puse manos a la obra con las gubias manuales y la maza. Ya sabéis, si seguís este blog, que últimamente solo utilizo las máquinas para pulir y refinar el trabajo de las gubias, creo que queda más natural el resultado.
Poco a poco fui dando relieve a la zona frontal, el trabajo de las gubias debe hacerse en la dirección de las vetas de la madera, y el uso de tenazas de jin para retorcer las mismas y en ocasiones, las tenazas parte-troncos me ayudaron a ir trabajando esta zona.
Conforme me cansaba de trabajar una zona, centraba mi mirada y el trabajo de las gubias en zonas que necesitaban pulirse. El trabajo inicial estaba muy bien realizado, y el paso del tiempo, secando y alterando las zonas blandas de la madera me facilitaron mi labor:
Poco a poco, el suelo y el substrato se comenzaron a llenar de astillas y restos varios de la madera que se estaba retirando del tronco:
No hay que preocuparse demasiado por las fibras que quedan sueltas, luego el cepillado con máquina eléctrica las retiraría y daría un resultado más homogéneo. A veces utilizo una fresa circular muy pequeña para eliminar determinadas imperfecciones, pero sobre todo utilizo las gubias manuales.
La zona donde comienza la ramificación fue la que más trabajé, para disimular la huella del corte de la continuación del tronco vivo del árbol.
Y aquí os muestro la evolución del trabajo con cepillo de nylon y agua sobre la parte mas vieja de la leña seca. Aquí no usé nada la gubia ni la fresa, ya que el tiempo se había encargado de hacer un magnífico trabajo.
Y una vista general tras este primer trabajo a la madera. Es increíble la belleza de la madera del olivo, máxime si es añeja como la que muestra este ejemplar:
Para mí ya estaba bien, pero tuve la suerte de tener en casa a Erasmo García hace dos fines de semana, y admiró conmigo el magnífico regalo de Felipe. Conozco a pocas personas que tengan el ojo clínico que tiene Erasmo para los olivos, y me aconsejó un par de modificaciones, primero, levantar un poco el árbol para que el futuro ápice se dirigiera hacia el observador, y me marcó un par de dragones que había que despertar. Cuando finalizó la exposición de la Asociación el Taray de San Fernando, en la que estuve de ayudante del maestro Erasmo, me puse manos a la obra con los retoques y aquí tenéis el resultado. También usé solo las gubias manuales.
El dragón de la izquierda, el más espectacular:
Para sacar el dragón tuve que rebajar más por la zona trasera, siempre con un cuidado extremo para no desgajar la cabeza más interesante:
En otra sesión me puse a retocar el límite con la vena viva y a eliminar los restos muertos, por desgracia se perdió una parte interesante de la cepa, en la zona de la derecha, pero es que si se deja esta corteza no aparecen nada más que problemas, y tarde o temprano se termina cayendo.
Conforme elimino corteza con la gubia, con ayuda de un escalpelo realizo cortes limpios y aplico pasta selladora en masilla.
Y aprovecho para eliminar la madera que impide ver la vena viva y abro nuevas oquedades con ayuda de la gubia:
Bueno, y así quedó la zona derecha, de momento la he dejado así, conforme vaya avanzando el modelado volveré a valorar como dejo esta zona, que ahora fluye a contracorriente de las vetas de la madera:
También retoqué la espalda del olivo, quitando corteza muerta y aplicando masilla:
Tras el pulido de la zona trabajada en el nebari, ya no se ve tan plana como al comienzo, pero tiene que seguir madurando, como los buenos vinos.
Y para terminar este trabajo homenaje a Hermes, una imagen general del magnífico olivo. Espero estár a la altura de este generoso regalo y que a Felipe le guste como va evolucionando su olivo.
Un saludo, y gracias de nuevo, Felipe.
Juan Antonio Pérez.
6 comentarios:
Me encanta el resultado final,pedazo de olivo y pedazo de de persona el señor Felipe Devesa.
Un saludo,maestro.
Estoy contigo, en ambas apreciaciones. Gracias por seguir el blog, José Luís.
Un saludo
Una vez más gracias a tí y siempre también a Felipe
Saludos, (Kisco)
Un saludo Kisco, tienes razón en lo de Felipe.
Hola Carthago!! Buenas, soy Ismael de la asociación El Pinsapo ( Jerez). Magnífico ejemplar y magnífico trabajo, un placer poder volver a verte trabajar con tantos ánimos. Un abrazo y a ver si nos vemos que me gustaría preguntarte algunas dudillas.
Gracias Ismael, cuando quieras podemos quedar, pídele a Luis mi teléfono si quieres llamarme.
Un saludo.
Publicar un comentario