Hola amigos,
perdonar el retraso, casi unas vacaciones, pero a veces uno necesita un relax, y aprovechando que hay poco trabajo, me he tomado unas vacaciones del blog.
Hoy os voy a mostrar la consecuencia de una de mis manías, la de no tirar nada que pueda ser aprovechable para hacer bonsái. En este caso, un gran olmo negrillo con tronco podrido y muy viejo que me proporcionó mi amigo Rosendo tenía una zona del tronco inferior que no me convencía, y decidí podarla:

(Enero 2009)

Y ahora, ¿qué hacemos con este trozo de olmo?, tiene una forma interesante que tal vez pueda aprovecharse. Si consigo
enraizarla, tal vez podamos hacer un mame con carácter:

No apliqué hormonas, ya había realizado esquejes de gran tamaño con olmos y sabía de su fuerza para formar raíces desde casi cualquier zona que se introdujera en tierra y que tuviera algo de humedad, así que saneé los cortes de la base con un escalpelo y planté esta estaca en mezcla de
akadama y tierra volcánica y a esperar. La fecha para realizar esta operación es importante, finales de febrero, cuando en el Puerto de Santa María comienzan los buenos días con
temperaturas próximas a los 20º C.
Al poco tiempo le regalé esta estaca, que ya empezaba a brotar a Jose Ugido, un compañero de la Asociación El Taray de San Fernando. Cuando perdí un buen número de árboles, Jose me lo devolvió, junto con unos cuantos esquejes de Granado Nejikan que también le regalé, de los que en otra ocasión os mostraré su evolución. No sé si Jose sabía lo que había enterrado en la maceta de plástico que le regalé, pero yo sí, así que cuando un año después de las fotografías anteriores volvió a mis manos, y ya enraizado, desenterré el tronco con el sabamiki y comencé a modelarlo.

Al principio, un poco cuidadoso con las torsiones, pero conociendo la
flexibilidad de las ramas de los olmos, sobre todo si has dejado que se seque el substrato antes de modelarlas, estas pueden ser bastante importantes. En esta imagen la primera
aproximación:

(Enero 2010)
Para junio de ese año, algunos brotes a los que había dejado crecer más que a otros para que engrosaran y a los que no había
defoliado ni una sola vez, necesitaban comenzar a
alambrarse:

Tras la poda y el alambrado, a dejarlo descansar de nuevo y a abonarlo bien:

Y llegó febrero de este año. Las raíces de los olmos crecen mucho, y en macetas pequeñas hay que ir podando cada dos años para formar también el
nebari y que no se emboten estas en la maceta, así que a buscarle un tiesto disponible y a darle otro apretón. Aumenté la torsión de la rama que forma la continuación del tronco y alambré hasta la última
ramita. La maceta la compré hace tiempo a
Patxi, un buen amigo, y estaba libre, creo que le encaja
perfectamente.
Ahora toca ir densificando sin dejar engrosar mucho las ramas, ahora hay que centrarse en formar una copa delicada con ramitas finas. Varios defoliados y pinzados a lo largo de la época de crecimiento ayudarán, ya os lo mostraré vestido.

Un saludo.
Juan Antonio.