Hola amigos.
Un poco de tarea con los exámenes de final de trimestre me han apartado un poco del blog, pero vamos a retomarlo con el trabajo que he realizado limpiando la madera muerta y definiendo la vena viva de esta magnífica Vid centenaria que os mostré en junio de 2003:
Éste año lo he dedicado a fortalecerla, dejándola crecer libremente sin podar ningún brote. Respondió muy bien en un principio, por la savia que había acumulado, pero luego se paró un poco y retiró savia de algunas zonas, secando algún brote. Sin embargo, el único brote que le quedó tiró muy bien, y tuve que enrollarlo varias veces sobre el tronco para que no se partiera. El 27 de junio, un año después del primer trabajo lucía así:
Para ir dando movimiento al nacimiento de los brotes eliminé las hojas de la base de las ramas y alambré con aluminio. Si alambramos en verde prevenimos roturas, ya que en cuanto empiezan a lignificar se quiebran al torsionarlas.
Durante el verano secó los brotes apicales y solo quedó este, que sí seguía creciendo con fuerza (mes de septiembre):
Aquí podéis ver el único brote doblado sobre sí mismo, dejado crecer libremente. Algunas hojas ya empezaban a estropearse. Las vides, como seguramente sabéis son atacadas con facilidad por muchos hongos. Yo preventivamente trato con fungicida y aplico cobre un par de veces al año, pero a pesar de todo, las hojas se estropean:
Les comienzo enseñando el uso de las herramientas manuales (cepillos de alambre, de plástico, escalpelos y herramientas de dentista para eliminar la suciedad entre las pequeñas grietas) y después pasamos a la dremel y los cepillos rotatorios. Como podéis comprobar se lo pasan de miedo a pesar de estar mas apretados que piojos en costura. Tras estas sesiones de limpieza la dejamos así:
Aquí podéis ver una extraña vena que se daba la vuelta y regresaba hacia la base, pero que a los pocos centímetros estaba seca. De momento he dejado el pequeño resto por si brota, que lo veo raro ya que no se aprecian yemas durmientes:
Y tras terminar de limpiar la madera muerta, me dediqué a perfilar la vena viva y a cepillarla bien. Después apliqué un poco de aceite de oliva para resaltar el color rojizo y proteger de manchas accidentales de polisulfuro. Como este tiene base acuosa, no se corre hacia la vena viva protegida con aceite, y si cae una gota, con un paño se quita bien.
En la entrada anterior os mostré varias posibilidades de diseño, y ahora, estudiando de nuevo la vena viva y el movimiento de la madera, he optado por cambiar a un diseño en semicascada, para lo que he bajado la punta del tronco con ayuda de un tensor y la he separado un poco del resto del tronco con ayuda de un palillo:
Unas cuantas imágenes del trabajo desde diferentes ángulos:Por la parte trasera casi no se ve la vena viva:
Éste ángulo os muestra como bajé y adelanté la parte final del tronco y como he alambrado el único brote disponible. Le he dado unas cuantas curvas con ayuda de un alambre del 3,5 y lo he dejado largo de más. Ahora me interesa que aumente la ramificación, no la fructificación, para lo que tendría que haber podado a dos yemas:
En esta imagen se aprecia como ha engordado la vena viva en comparación con parte de la vena que retiró savia:
Aquí apreciamos como todo el tronco está ahuecado por la acción de las termitas, que han realizado un trabajo de talla irrepetible. Es una auténtica filigrana:
Ésta vista, girándola un poco, también es muy sugerente:
Después del trabajo me entretuve en imaginar posibles diseños, inclinando la maceta, cambiando el frente, bajando más la rama, etc... Esta vista no me disgusta, pero ¡hay tantas posibilidades!
Otro ángulo:
Una ligera variación, cualquier posibilidad es admitida, veremos con cual me quedo en un futuro:
De momento me voy decidiendo por este frente, más recogido en la parte superior y la rama colgando hacia la izquierda, aunque ligeramente adelantada:
Y eso es todo de momento.
Ya iremos viendo como evoluciona. Esta primavera examinaré la maceta superior para plantearme si corto directamente, acodo o injerto raíces. Os lo mostraré.
Un saludo.
Juan Antonio Pérez.