sábado, 13 de febrero de 2016

La Avispa. Un acebuche con cintura. Primer trabajo.

Hola amigos!

Hoy os presento a una nueva adquisición, La AVISPA. 

El amigo Toni me la presentó así:


Cuando la recibí en casa lo primero que me llamó la atención fue el tamaño. Había asumido que era más pequeña, pero se trataba de una buena pieza con una madera muerta de gran calidad. 

Lo que primero destaca al verla es el ala tan peculiar que presenta, restos de un antiguo tronco más voluminoso que las inclemencias han ido machacando hasta dejar únicamente la parte externa de la corteza. 


Después subimos por la madera muerta y encontramos infinidad de detalles, con muchos huecos naturales. Entre ellos al limpiar salieron un par de avispas, y ya tenía nombre.


Como siempre que recibo material nuevo no puedo esperarme y quiero trabajarlo cuanto antes, así que comencé a darle vueltas para intentar mostrar lo mejor de este yamadori. Con esta inclinación muestra todos los detalles y saca el culo, adelgazando por encima la cinturita de avispa. Je, je.


Ya se le había comenzado a trabajar el corte superior. pero esa zona pesaba aún demasiado.


 Siempre me gusta ver que hay dentro de la maceta antes de seguir, así que desfolié y trasplanté. Un yamadori así merece una buena maceta, y recientemente recibí esta Shuho, no tenía muchas más disponibles de momento, así que le he colocado esta. El enraizado fenomenal, por cierto, Toni.



Una vez bien asegurado a la maceta, desfoliado, dejando dos hojas al final de tirasavias, eliminación de la yema termina y alambrado minucioso con alambre de 2,5 cm que permitiera manipular bien las ramas para colocarlas en posición.



Ahora las ramas son lineas que marcan la futura posición de las masas de verde, pero nos podemos hacer una idea inicial que después iremos refinando. 

Desde este ángulo derecho podemos ver como el ápice termina posicionado hacia el frente, construido con la rama más alta. De las dos ramas más bajas la trasera se ha bajado y adelantado en su parte final para que se  vea desde el frente.  La rama principal la he construido girando un poco y bajando la tercera rama que se había dejado para el diseño.



En los yamadoris tenemos que jugar con lo que tenemos. Aquí vemos la parte trasera, con madera muerta y una zona ahuecada. Podría ser el frente, pero me convence menos. Vemos como la madera muestra carácter hasta la parte final, pero hay que seguir descargándola un poco más.



El frente. El movimiento general lo he marcado mucho hacia la derecha, como si el viento tramontano soplara con fuerza y doblara y castigara continuamente al acebuche. Ahora no parece tan alto como en la posición de plantado que se utilizó para enraizarlo.

Aún hay que seguir haciendo ajustes. La madera se había roto un poco con la parte troncos, pero era necesario aplicar un poco de dremel.


 Detalle de la madera en la zona terminal del ápice.


Las tres ramas utilizadas.





Tras abrir algunos huecos más, pulir algunos defectos y tratar con polisulfuro de cal diluido, el trabajo inicial de diseño ha terminado.


Detalle del ala y la madera muerta. El ala tiene un brotecito en la base, pero creo que hacia arriba ha secado. Si es así valoraré si dejar la corteza o eliminarla más adelante.


Y ahora a protegerla este fin de semana de las bajas temperaturas dentro de la galería acristalada, abonar fuerte y a dejar crecer hasta el verano.

Espero que os guste.

Un saludo.

Juan Antonio Pérez.

1 comentario:

Manuel Porras dijo...

Me gusta el carácter de este árbol. Enhorabuena!

Un abrazo

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