miércoles, 7 de enero de 2009

EL VOLCÁN. Un proyecto de BONSAISUR a tres años

Con esta entrada, que iré actualizando a la vez que en el post de origen, quiero compartir con vosotros una magnífica iniciativa de mi compañero Keisha, de Bonsaisur, que ha habilitado un hilo donde vamos a ir mostrando mes a mes y durante 3 años la evolución de unos de nuestros árboles.

Año 2009

Hola amigos, siguiendo las indicaciones de Keisha, gracias por el ejemplo, vamos a presentar, a los que no lo conozcan de otro hilo, a mi candidato para la evolución trianual, un olivo al que he puesto "EL VOLCÁN", y creo que todos formaréis en vuestra mente esta imagen en cuanto veáis esta cepa de olivo.

Diciembre 2008




La historia del volcán comienza en una excursión que se organizó el pasado diciembre a mi pueblo, Felix, un típico pueblo alpujarreño de la Sierra de Gádor, en Almería. Lo recuperamos de mi finca, "El Olivar", donde llevaba creciendo más de 200 años, creo, un grupo de amigos de la Asociación Cultural Bonsái Oriente (Gabi, Manolo, Martinako y un servidor). En esta primera fotografía podéis ver a mis tres amigos tras sacar la planta madre del bancal de "[i]Láguena[/i]" en la que había crecido. Nos llevó mas de hora y media extraerlo.

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Cuando se extrajo pensamos que era enorme, y casi lo partimos en dos con la pata de cabra que nos ayudó a sacarlo, pero decidimos esperar.

Cuando llegué al Puerto de Santa María, e intenté ver como quedaba en el tiesto que tenía disponible, resulta "QUE LE QUEDABA PEQUEÑO", así que no tuve otra opción que eliminar la parte izquierda de la cepa, como pensamos en el campo.

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Por suerte para el olivo madre, la parte izquierda de la cepa no tenía comunicación con el ápice del árbol, así que cogí la motosierra y corté el cordón umbilical que mantenía unida esta cepa al resto. A pesar de todo, aún era ENORME, y como véis en la siguiente fotografía, no entraba en la caja de frutas que tenía pensado utilizar:

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Antes de plantarlo en la caja lo tuve dos días completos sumergido en agua, para hidratarlo, ya que había estado 5 días en el coche, aunque envuelto en bolsas de plástico.

Tras eliminar lo sobrante con ayuda de una gubia eléctrica, conseguí encajarlo en la caja de frutas, y sujetarlo mediante un par de gruesos alambres, en previsión de los movimientos durante los trabajos de limpieza de la leña seca:

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Lo primero que hice fué coger las gubias manuales y la maza de caucho y agrandar la oquedad que había en el posible frente del árbol, haciéndo de este punto de interés el centro del futuro bonsái. Como esperaba, pronto empezaron a aparecer hormigas Messor y Termitas, que se habían instalado cómodamente en el interior de la cepa, y que habían debilitado la madera muchísimo, por lo que fué fácil ir abriéndose camino con las herramientas manuales:

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Con las gubias y la maza conseguí llegar hasta la espalda de la cepa, abrir ventanas, galerías y aumentar el hueco de la "caldera" del volcán. Había llegado el momento de ponerse a trabajar con las tenazas partetroncos. Eliminé incluso una porción anterior de cepa que dará origen a otro arbolito, je, je.
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Y una vista de pájaro del resultado de estos trabajos de limpieza:

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Los siguientes trabajos consistieron en disimular con ayuda de la dremel, y de cepillos metálicos y de nylon, las huellas dejadas por las herramientas eléctricas. Apliqué polisulfuro de cal a toda la madera y me entretuve en delimitar la vena viva alrededor de toda la zona de corteza, aplicando pasta selladora (de la que tiene aspecto de plastilina).

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En esta nueva vista de pájaro podéis ver que el posible frente se encuentra dirigido hacia una esquina de la caja, pero es que no cabía de otra manera, je, je.

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Y de momento, es todo, el mes que viene espero que tenga bastantes brotes, Habían empezado a salir algunos, todavía blancos, pues estaban enterrados, de los cuales solo dejé uno de control, eliminando los demás, situados demasiado bajos, al igual que todas las raicillas que quedaban por encima del substrato. Hablando de este tema, he utilizado una gran cantidad de grava volcánica roja para la mayor parte del substrato, aproximadamente el 50 %, siendo el resto akadama. En la parte superior he mezclado akadama y arena del monte Fuji a partes iguales, en un calibre más fino, para mantener la humedad.

Hasta la actualización de febrero, un saludo.

Hoy he dibujado un posible diseño rompiendo un poco la ladera izquierda del Volcán:
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lunes, 5 de enero de 2009

Un olivo felixario "EL PRESUMÍO"

Hola amigos bonsainautas,

hoy os voy a mostrar, aunque algunos lo conocéis por el foro Bonsaisur, los trabajos de recuperación y preparación de un gran olivo (Olea europaea) que recuperamos algunos miembros de la Asociación cultural Bonsái Oriente, de Almería, en mi finca, El Olivar, situada en el término municipal de Felix (Almería).
Por desgracia, ninguno de mis hermanos vivimos actualmente en Almería, y la finca de mis bisabuelos está un poco abandonada. Únicamente se le realizan podas de mantenimiento y se labra una vez al año, pero los últimos años las aceitunas han servido de alimento a las aves.
Este año mi primo Avelino quiere ponerla en producción, pero cada vez que la visito no puedo más que pensar en la cantidad de árboles que podría estar engordando en esta tierra morada.
Aquí tenéis una vista del pueblo de mis abuelos, Felix. Es un típico pueblo alpujarreño, pero de la vertiente almeriense, situado a 810 metros de altitud y a 11 km de la costa. Poco a poco los chalets van ocupando algunas fincas, y en el caso de la mía, está totalmente rodeada por chalecitos con parcela. No sé si el final de esta finca será parcelarla y dedicarla a fincas de 1000 metros para el fin de semana, pero se perdería un olivar centenario de gran interés.



Como véis en la siguiente fotografía, la tierra es la denominada "Laguena", una filita (roca metamórfica) de color vino que tradicionalmente se ha usado para recubrir los terraos de las casas, y que junto con los cañizos sobre vigas de madera constituyen el tradicional aterramiento de las viviendas antiguas. Hay estudios que han desvelado las buenas propiedades de estas tierras para el cultivo, y en algunos casos, cribándolas convenientemente, se pueden utilizar para el cultivo del bonsái (alta capacidad de intercambio iónico, así como gran capacidad de retención de agua).
Teníamos pensado dar una vuelta para ver los olivos y coger alguna porción de cepa vieja, pero la buena vista de Gabi descubrió un olivo pequeño, que a duras penas vegetaba, con un gran shari que recorría todo su tronco. En un primer momento pensamos que iba a resultar fácil su extracción, pero tuvimos que lidiar con 4 grandes raíces que sujetaban fuertemente la cepa al suelo. Una vez cortadas estas grandes raíces, y con ayuda de una "pata de cabra", de 1,50 m. de longitud, y tras más de una hora de pelear, conseguimos extraer el ejemplar.



Martín, Gabi, Manolo y un servidor terminamos empapados en agua (por el calabobos que caía) y en sudor (por el tremendo esfuerzo). Aquí tenéis a Gabi partiendo un gran trozo de cepa (que se llevó Manolo), y la cara de cansancio que teníamos.

Pero a los que nos gusta el campo, al final disfrutamos de estos momentos. Aquí tenéis a mis amigos posando con el olivo recién recuperado.


Y la parte inferior del mismo recién extraido. Ahora quedaba transportarlo hasta el coche, otro trabajo dificilillo, porque el ejemplar pesaba casi 100 kilos. Entre tres y con muchas paradas lo desplazamos los 200 m que nos separaban del vehículo.

Algunas vistas del shari natural, una vez colocado en el coche. El color violáceo se debe a la tierra láguena, que nos manchó a todos por igual.



Una vez en casa, unos días después, me pongo manos a la obra para intentar plantarlo, y resulta que el gran tiesto que tenía pensado utilizar ¡SE LE QUEDABA PEQUEÑO!

Cuando lo extrajimos estuvimos pensando romperlo en dos, pero declinamos esta opción para intentar aprovechar la fuerte base, pero definitivamente tuve que partirlo. Resultó que la parte izquierda de la cepa no se comunicaba con el tronco, que estaba alimentado solo por la parte derecha, así que cogí la motosierra y a cortar. La historia de la parte izquierda de la cepa os la contaré otro día (El volcán termitero).
Una vez eliminada la parte izquierda, ya sí entraba en el tiesto. ¡Por fín!. Y además, con esta reducción el árbol se situaba en el límite de lo que puedo cargar yo solo, aunque con trabajo. Aquí os muestro unas vistas del ejemplar situado en el tiesto, buscando un ángulo de plantado que lo mantuviera erguido:

Cuando recupero un árbol siempre realizo algunos trabajos iniciales de limpieza de la madera y de desinsectación, para evitar contagios a otros ejemplares de mi colección, así que armado con unas tenazas partetroncos fuí disimulando los cortes bastos, eliminando la madera joven y poco interesante de la parte superior y dándole un aspecto más interesante con herramientas manuales.

La ventaja de éstas herramientas es que las texturas resultantes son más naturales, y con un cepillado quedan listas para su tratamiento con el polisulfuro de cal.
Desde luego, un gran punto de interés de este ejemplar es el formidable sabamiki que recorre el tronco, con fragmentos de duramen con muchas filligranas, huecos que simulan ojos, y recovecos en la madera que le dan una imagen muy sugerente:

En la parte final del tronco eliminé casi toda la parte más jóven, intentando dar una imagen de tronco quebrado por medios naturales:

Y llegó el momento de limpiar bien toda la madera con la ayuda de una pistola de chorro de agua a presión. La de horas de cepillado que nos ahorra esta herramienta.

Unas vistas más próximas de la madera recién limpiada:


Y tras un poco de cepillado con la ayuda de la dremel, para disimular lo máximo posible la huella de algunas intervenciones, se le aplicó una buena capa de polisulfuro de cal. Este paso lo realizo con la madera bien empapada de agua, para que penetre bien el producto, lo que paraliza la acción putrefactora de los hongos y mata las termitas y otros insectos que se encuentren en los recovecos.
De momento hemos llegado al final de los trabajos iniciales. Ahora le llega el turno al cultivo, y a la imaginación, para decidir que diseño dar a este tronco. Podéis imaginar vosotros cual será el diseño elegido, yo he pensado en uno que os mostraré al final, pero mientras dejad volar vuestra mente viendo algunas vistas del olivo....




Mirad en detalle la belleza de esta madera esculpida por la naturaleza. Nosotros solo ayudamos a que brille con luz propia, pero el trabajo duro lo han realizado las termitas, los hongos y las larvas de insectos xilófagos. Limpiando la madera extraje hasta los restos de un gran avispero.

Y bueno, como en estos días de vacaciones uno tiene más tiempo libre, me he entretenido en realizar dos diseños de aproximación a lo que tengo en mente. Tened en cuenta que son solo bocetos, no tienen que corresponder con el camino que seguirá este bonsái, pero os pueden ayudar a pensar por donde ir. Elegid el que os guste o modificarlo mentalmente.


Un saludo, y a comenzar el año 2009 con ánimos renovados y muchas ganas de trabajar.
Juan Antonio.

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