El Ficus retusa de Jesús

Esta es la evolución de un pequeño ficus destartalado que me trajo hace dos años mi vecino Jesús. Un aficionado en ciernes que por motivos de traslado a su casa nueva y su nueva paternidad, ha dejado a su suerte en mi casa cuatro arbolitos.

El problema de traer árboles a mi casa es que cuando vuelven a verlos éstos han cambiado tanto que ya no recuerdan como eran al principio.

En este caso, la primera transformación la hicimos juntos, cuando sus labores paternales le dejaban algo de tiempo para dedicarse a los bonsáis. No guardo fotografías del estado inicial de este pequeño Ficus retusa, pero era la típica planta en escoba, de las que se suelen comprar en el Corte Inglés, y que presentaba infinidad de defectos, y unas pocas virtudes.

Mi vecino se dejó convencer y le pegamos una buena poda, lo transplantamos a un substrato más apropiado que la tierra para cactus en la que estaba plantado y alambramos las ramas principales para darle otro carácter. Esta primera fotografía que os muestro os permitirá ver en que estado lo dejamos. Estábamos en el mes de abril de 2007.

Había que ir densificando las ramas que se dejaron, y no dejar que los entrenudos se alargaran demasiado, así que cuatro meses después, por agosto, defolié y despunté toda la ramificación, aunque dejé una hoja por rama como tirasavias.

A vista de pájaro, se puede ver como se distribuyeron las ramas para que recibieran luz y no se taparan las unas a las otras:

En enero de 2008, el ficus comenzó a brotar, y para seguir aumentando la ramificación, defolié por completo y alambré de nuevo la ramificación:


Me planteé incluso levantar un poco el árbol para que el ápice no se desplazara tanto hacia la derecha y que estuviera más equilibrado, levantándose la rama principal. El problema que le veo a esta modificación es que la rama de contrapeso se sitúa casi paralela a la principal.

Una vista trasera en este posible ángulo de plantado:

Y en su ángulo original:

Como hacía poco que lo había transplantado y no quería que se ralentizara su crecimiento, abandoné la idea del transplante por esta temporada. Cinco meses después, llega de nuevo el momento del defoliado y el alambrado de las ramas tiernas. El frente en mayo del año pasado:

Y el dorso. Ya vamos teniendo más ramas y las masas de verde se ven más compactas:

Otros cinco meses de crecimiento. En esta ocasión me acordé de realizar una fotografía del antes:

Y aquí tenéis el después. En esta ocasión me limité a eliminar el alambre y podar un poco el crecimiento. Se eliminaron las hojas traseras y se dejaron una o dos hojas en las puntas de las ramas:

Y llegamos al mes de febrero de este año. Con tanta lluvia y con las temperaturas en ascenso, el ficus se ha puesto a brotar con fuerza, y lo veía un poco despeinado. Para ver como va su estructura lo mejor es eliminar todas las hojas, tal como hice el año pasado, y mientras defolio, voy eliminando las ramas mal situadas y podando las que se alargan demasiado.

Aquí tenéis el trabajo de la rama principal terminado:

Y el ficus desnudo:

Podría haberlo dejado así, sin alambrar, pero quería definir bien las ramas y el ápice, modificando algo el ángulo de algunas de ellas, así que esta tarde, sin prisas, como a mí me gusta, me he metido el ficus en casa y me he dedicado a alambrarlo al detalle. Este ha sido el resultado:

El ángulo de plantado está un poco girado respecto al eje mayor de la maceta, para que la rama principal gire un poco hacia el frente. Cuando pase un poco el fresco, allá por marzo, voy a transplantarlo, y volveré a plantearme levantarlo un poco.

El problema de tirarse dos años formando un bonsái es que se le termina tomando cariño, y creo que me dolerá tener que devolverselo a Jesús, si me lo reclama, claro, y es que modelar niños es mucho más entretenido que modelar árboles. Yo por suerte ya casi he terminado de modelar los míos, y no me dan tanto trabajo como a él, je, je.

Se admiten opiniones sobre el ángulo de plantado.

Un saludo.

Juan Antonio.